Karpin, parque de aventura en Carranza

El Karpin es un parque de aventura situado en el precioso valle de Carranza, situado a algo menos de una hora al oeste de Bilbao. No está muy lejos de la capital pero las carreteras son bastante sinuosas, de ahí que se tarde una hora en llegar hasta aquí. Su principal y más antiguo cometido es el de ser un centro de acogida de animales, que por diferentes razones no pueden vivir en su hábitat natural. Con el tiempo ha ido creciendo y añadiendo nuevas atracciones para los más peques, y es hoy en día una fantástica opción para pasar un día divertido con  nuestros hijos, viendo animales y disfrutando de la naturaleza.

Con la entrada te proporcionan un mapa del parque explicando el recorrido por el recinto, las diferentes zonas en las que se divide (Animalia, Terrasauro y Gastornisland), y las especies de animales que puedes  ver. Animalia es la sección más grande y alberga más de 50 especies que podremos ver paseando por el parque, mediante pistas asfaltadas o adoquinadas. Entre otros podremos disfrutar del lince boreal, la pantera negra, lobos, avestruces, cocodrilos, iguanas, aves rapaces, tortugas, ciervos, bisontes, y muchos otros que nos esperan a lo largo de un precioso recorrido.  Esta es la zona más extensa del parque.

Sin embargo lo que más les llama la atención a los niños es una zona del parque en la que han habilitado figuras de dinosaurios de diferentes especies que cuando pasas cerca mediante una serie de sensores de movimiento se mueven y profieren sonidos. Esta zona es la llamada Terrasauro. A los niños les encantó esta parte. Para niños pequeños está muy logrado y se llegan a creer que los animales están vivos. Además hay una buena variedad, sobre 20 especies diferentes incluyendo grandes dinosaurios, donde la estrella es sin duda el Tiranosaurio Rex. Durante el recorrido encontramos varios personajes animados que nos dan abundante información sobre la vida de los dinosaurios, en un tono muy didáctico.

La última y más pequeña zona del parque es Gastornisland, el Jardín de las Bestias, donde se muestran réplicas de los carnívoros y herbívoros que habitaron el planeta tras la desaparición de los dinosaurios. Es un recorrido muy corto donde podemos ver las figuras de un mamut, un rinoceronte lanudo, y algún que otro animal más pintoresco. Incluso hay una figura de un hombre Neanderthal que cierra este pequeño espacio.

Otra cosa interesante del parque es que permiten introducir tu propia comida y hay una zona con mesas habilitada junto a la zona de los columpios que es una gozada. Puedes comer de picnic al aire libre y los niños pueden entretenerse en los columpios justo al lado. Es una zona de columpios bastante amplia y ambientada en el mundo de los animales. Además también hay aparcamiento gratuito, lo que es muy de agradecer. Lo mejor para consultar horarios concretos y tarifas es directamente visitar la web. El parque está  en una finca de enormes dimensiones en una bonita ladera que cae hacia el barrio de Biañez. Para acceder al parque, basta con acceder por carretera al Barrio de Biañez - desde la carretera que atraviesa el valle de Carranza -, atravesarlo, y se llega la entrada principal al parque en unos pocos minutos. Por supuesto se encuentra perfectamente señalizado.

 La visita puede hacerse en unas 3 horas tranquilamente, visitando todas las zonas y parándonos a sacar las fotografías que veamos necesarias. Pero podemos alargar la estancia comiendo en la zona de picnic y dejando que los niños disfruten a sus anchas de la amplia zona de columpios. En las cercanías del parque tenemos también las campas de la virgen del Suceso, con zona de picnic de nuevo y mucho espacio de zonas verdes para que los niños puedan jugar y entretenerse. Y si todavía tenemos tiempo y queremos alargar el día se pueden visitar las cercanas cuevas de Pozalagua, una verdadera joya.