Hawai (II): Maui y la Big Island

 

Esta es la segunda parte de nuestro viaje a Hawaii, cuya primera parte contábamos en este artículo. En esta última parte del viaje visitamos las islas de Maui y la Big Island. Maui es una espectacular isla formada por dos conos volcánicos conectados por un valle central. La naturaleza es el principal atractivo de esta isla donde encontramos paisajes impresionantes.  Por su parte la Big Island es la más grande del archipiélago como su nombre indica y sus dos grandes atractivos son el Parque Nacional de los Volcanes y el Mauna Kea, un impresionante volcán que se eleva en el centro de la isla y nos ofrecerá las mejores y más amplias vistas de la misma.

DÍA 9:

Por la mañana tomamos el primer vuelo a Oahu y desde allí seguimos hasta Maui ya que para volar de isla a isla en Hawaii siempre hay que pasar por Oahu. Llegamos a la capital Kahului y tras coger el coche de alquiler comenzamos la ruta.  Nos dirigimos hacia la costa norte siguiendo la carretera costera, la Kahekili Highway, y  nos adentramos en un área de acantilados forrados de verde. Una vez abandonamos la zona de Wailuke-Kahului se avanza por una zona muy solitaria donde apenas nos cruzamos con coches. El paisaje es precioso y vamos parando para sacar muchas fotos. Podemos ver cascadas, valles abruptos, zonas de costa preciosas… en fin una maravilla.  Así llegamos hasta la preciosa bahía de Kahakuloa, donde unos pintorescos acantilados verdes protegen la pequeña aldea de Kahakuloa. El pequeño pueblo alberga casas descoloridas por el sol con techos de láminas de color rojo en una cala de arena negra. También hay una iglesia preciosa y muy pintoresca. Pequeños puestos en la carretera venden coco fresco y raspado. Adentrándonos un poco en el valle, una parada en la carretera por encima de la ciudad ofrece una vista panorámica del pueblo y la costa circundante. El bonito promontorio rocoso en la costa es  Kahakuloa Head. Nos dicen que el sendero que llega hasta su cima es muy estrecho y peligroso por lo que no lo intentamos.  Dejando atrás el pueblo llegamos al fantástico mirador de Ohai, al inicio del Ohai Trail, con una vista costera asombrosa que incluye vistas  hacia Nakalele Point. El acantilado tiene una caída repentina de casi 250 metros. Seguimos hasta un aparcamiento de tierra y un camino muy trillado lleva tras 15 minutos hasta unos baños naturales en la orilla del mar.

 

 

Kahakuloa Head
                                                                                                                                      Kahakuloa Head

 

Poco después llegamos a Nakalele Point, en el extremo este de la punta norte de la isla de Maui. Allí pudimos ver un orificio por el que se expulsa el agua de las olas, cuando azotan la costa. Vívidos acantilados de color rojo caen al océano y los senderos a lo largo de los acantilados ofrecen vistas impresionantes al mar. Nakalele Point ofrece formaciones de lava únicas y preciosas vistas sin tener que hacer un gran esfuerzo físico. Dimos un paseo sencillo pero muy agradable de una media hora caminando hasta la orilla. Se pueden ver arcos de mar, piscinas tranquilas talladas en la roca de lava suave, y el faro de Nakalele. Poco después se llega al orificio.

Siguiendo la carretera de la costa llegamos a bahías ocupadas por playas, ideales para el surf y el snorkel. Una de las más bonitas es Honolua Beach, que se puede ver desde un mirador. Justo después vimos una pequeña playa de arena blanca, rodeada de altos muros de roca y vegetación: Mokule'ia. Tras esta playa llegamos al resort de Kapalua. Está rodeado por una serie de bahías en forma de media luna y una plantación de piña que tapiza las laderas de las montañas. Paseamos por algunas delas playas disfrutando del entorno y llegamos a la península de Makaluapuna Point. Aquí se puede ver el pintoresco resultado de uno de los últimos flujos de lava en Maui, Dragon’s Teeth, que es una formación rocosa única situada en Makaluapuna Point. Es una punta de roca que se adentra en el mar en forma de los dientes de un dragón. En la mencionada Honolua Bay pudimos ver bastantes tortugas descansando en la arena. La verdad es que Kapalua nos encantó, porque aunque es un resort está  diseñado cuidando exquisitamente la naturaleza que es realmente preciosa aquí.

Siguiendo por la costa con fantásticas vistas de las montañas del interior llegamos  a Ka'anapali, el mayor resort de Maui. La magnífica playa de Ka'anapali se divide en dos hebras largas separadas por un cono de ceniza de 100 metros de Pu'u Keka'a, conocido como la Roca Negra. Además de la preciosa playa visitamos el Whaler’s Village, un centro comercial de lujo con una enorme  escultura de metal de una ballena madre y dos lactantes, un esqueleto blanco blanqueado de un cachalote de 12 metros, un pequeño bote ballenero del siglo XIX y un museo que explora en detalle la desaparición de la ballena. Tras la visita continuamos hasta Lahaina, la capital de Maui y su ciudad más histórica. Es una población pequeña que alberga varios edificios interesantes. Iglesias cristianas comparten espacio con templos asiáticos. Su calle principal, Front Street, rebosa encanto repleta de galerías de arte y locales turísticos en los antiguos edificios de madera. Algunos de los edificios tienen un carácter histórico. No nos entretuvimos mucho  porque la tarde ya iba avanzando y seguimos la carretera pasando por la preciosa playa de Olowalu, en un bonito enclave rodeado de montañas. Visitamos también el  faro de la punta McGregor ,  un pequeño faro con una lente montada en lo alto de un mástil de 10 metros, con un pequeño cobertizo de almacenamiento en su base. Es una gran parada para ver una bonita vista de la costa y salir de la carretera un rato.

 

 

Playa de Olowalu
                                                                                                                                     Playa de Olowalu

 

Al final de este intenso día llegamos a Maalaea con un animado puerto que es el punto de partida de muchas expediciones de turismo y pesca. Hay una hermosa franja de cinco millas de la playa a continuación del pequeño asentamiento. Haycraft Beach Park se encuentra al final de la avenida estrecha que compone el pueblo y es un buen ejemplo de las playas de esta zona de la isla. Precisamente aquí es donde nos alojamos durante nuestra estancia en la isla. Elegimos un hotel muy similar al de Kauai, en primera línea de playa y allí mismo  cenamos algo bastante cansados.

DIA 10:

Este día queríamos dedicarlo  íntegramente a visitar el parque nacional de Haleakala y a hacer algo de senderismo por el mismo. La caldera del volcán Haleakala ocupa el interior de la isla de Maui. Es un paisaje volcánico espectacular. Subimos en coche hasta los 3055 m de altitud. Según  subes vas notando cómo la temperatura de la isla desciende a la vez que se producían repentinos cambios de paisajes hasta alcanzar la zona desértica de la cima. El mirador superior ofrece una panorámica espectacular hacia el cráter de más de 30 Km de circunferencia – el volcán inactivo más grande del mundo-, un abanico de colores en el que se pueden ver varios cráteres menores emergiendo sobre el suelo de la depresión principal.

Sólo subir a la montaña es una experiencia en sí misma. Se puede subir desde el nivel del mar hasta los 3000 metros en apenas 60Km desde Kahului, en un magnífico recorrido de casi 2 horas sin contar las numerosas paradas que hicimos para sacar fotografías. La carretera ofrece unas magníficas vistas del istmo de Maui, las montañas del oeste de Maui, y el Océano Pacífico. El Parque Nacional Haleakala se extiende desde la cumbre del Monte Haleakala al interior del cráter, y hacia abajo por el flanco sureste del volcán hasta a la costa este de Maui, más allá de Hana. Ninguna carretera une la cumbre y la costa, así que este día lo dedicamos íntegramente a la zona de la montaña.  Solo subir por la carretera es ya una experiencia. La Haleakala Crater Road es una de las carreteras con un ascenso más rápido en el mundo, pasa a través de numerosas zonas climáticas, por debajo, entre y por encima de las nubes; y ofrece una vista que se extiende por más de 100 millas.

 

 

Mirador de Kalahaku en Haleakala
                                                                                                         Mirador de Kalahaku en Haleakala

 

A una milla de la entrada del parque, a 2.000 metros, está la sede de Haleakala National Park. El Centro de Visitantes de Haleakala está cerca de la cumbre, 11 millas más allá de la entrada del parque. Ofrece una vista panorámica del paisaje volcánico, con fotos que identifican las diversas características y exposiciones que explican el área de la historia, la ecología, la geología y vulcanología. Su visita es realmente interesante para tomar consciencia de lo que estamos viendo realmente en el parque. Poco antes de llegar al centro de visitantes también paramos en el Kalahaku Overlook – de hecho hay que dar la vuelta para acceder a este mirador solo accesible en la ruta de descenso-, un mirador en el borde del cráter, y un poco antes en el Leleiwi Overlook otro precioso mirador también en el borde del cráter. El mirador de Kalahaku es probablemente el mejor ya que ofrece una vista magnífica del suelo del cráter. En la cima un sencillo edificio nos indica la altitud del volcán y el mirador de la cima del cráter nos ofrece unas vistas espectaculares. Si se mira hacia el sureste es probable que se vean las altas cumbres de Mauna Loa y Mauna Kea de los volcanes en la isla grande, con sus cimas a través de las nubes. Fuera de los límites de acceso al público se encuentra un importante observatorio, que tiene el aspecto de una construcción de ciencia ficción en el paisaje lunar de la cumbre. También mencionar que aunque llegamos  bastante pronto a la  cima ya había bastantes nubes. Algo más tarde todavía se cubrió más y estábamos por encima de un mar de nubes, una sensación realmente única.

 

 

Cima del Haleakala
                                                                                                                                  Cima del Haleakala

 

El Parque Nacional Haleakala tiene 29 millas de senderos. Hay rutas varias de medio día, día completo y de varios días (necesario permiso) en el parque. A lo largo de las mismas se van a experimentar varios ecosistemas, ver plantas raras y obtener una vista general del interior de esta maravilla natural. El sendero de Sliding Sands (o Keonehe`ehe`e) Trail es el más popular y comienza cerca del centro de visitantes de Haleakala. Como solo  teníamos este día para caminar pedimos consejo previamente al centro de visitantes y nos aconsejaron una caminata que resultó ser espectacular. Tal y como nos indicaron dejamos el coche en un punto señalizado como “Punto de recogida de autoestopistas” en el punto de la carretera de subida donde empieza el Hamalu’u Trail. Nos resultó muy sorprendente que estuviese tan organizado el tema del autostop para los visitantes del parque pero en menos de 5 minutos ya estábamos a bordo de un coche de una pareja de Wyoming que nos acercaron hasta el centro de visitantes  en algo menos de un cuarto de hora. Allí en el centro de visitantes comenzó nuestra aventura.

El sendero que nos habían recomendado combina parte del Sliding Sands Trail y del Halemau’u Trail pasando por los Pele’s Paint Pots, uno de los lugares más fotogénicos de todo el cráter. El cráter impresiona cuando lo ves desde los miradores pero caminar por el mismo es una experiencia realmente sin igual. Así pues partimos del centro de visitantes y comenzamos siguiendo las indicaciones del Sliding Sands Trail – el camino está perfectamente marcado y no hay posibilidad de pérdida-.  Caminamos algo menos de 9 Km hasta casi alcanzar la Kapalaoa Cabin.  El terreno es totalmente árido pero los diferentes colores de las rocas, los conos de ceniza que vamos sorteando a lo largo del recorrido y las impresionantes vistas que se van abriendo a nuestro paso hacen del recorrido un verdadero placer. Desde allí tomamos un sendero hasta Kawilinau pasando por la zona de Pele’s  Paint Pots una zona de conos con unos tonos de roca que es un verdadero paraíso para la fotografía. Desde allí ya conectamos con el sendero de Halemau’u para salir del  cráter tras otros 9 Km. Es una ruta dura, son en total unos 20 Km y con  zonas de desnivel, que nos llevaron casi unas 7 horas a buen ritmo. Pero sin duda nos dio la oportunidad de conocer el parque desde dentro del cráter y disfrutar de un paisaje único. Llegamos al coche ya anocheciendo, por  lo  que no pudimos subir de nuevo a la cumbre a ver la puesta del sol, pero había merecido la pena. Ya de noche hicimos el camino de vuelta a nuestro hotel, tras un maravilloso  día en el Parque Nacional de Haleakala.

DÍA 11:

El nuevo día lo empezamos visitando  el valle de Iao. La carretera del valle de Iao se introduce en las montañas del oeste de Maui y a medida que el camino comienza a ascender, el aire se enfría. Éste es uno de los lugares más sagrados e históricos de Maui que cuenta con un paisaje verde y formaciones de roca sorprendentes y espectaculares. Las paredes del cañón empiezan a cerrarse alrededor de la carretera, y aparece una aguja de roca de 370 metros de altura que es el punto de referencia del valle, una vista mágica. La cabecera del valle es un amplio anfiteatro circular con cuatro corrientes principales que convergen en la corriente de Iao. En la parte posterior del anfiteatro, empapado por la lluvia está Puu Kukui, el punto más alto de las montañas del oeste de Maui. Nosotros llegamos bastante temprano y la inclinación de los rayos del sol en el valle crea una atmósfera mística. Visitamos el  Hawaii Nature Center que cuenta con exposiciones interactivas y muestras relacionadas con la historia natural de Hawai. Junto al centro un parque muestra la herencia arquitectónica hawaiana: una casa de paja hawaiana, una vivienda portuguesa con su horno al aire libre, una casa sencilla al estilo japonés, y una casa de Nueva Inglaterra son algunas de las estructuras que pudimos ver aquí. Además se  pueden ver helechos, árboles de plátano y otras plantas nativas y exóticas en el jardín.

 

 

Valle de Iao
                                                                                                                                               Valle de Iao

 

Un poco más adelante donde acaba la carretera, hicimos un sencillo sendero circular por el anfiteatro del valle de Iao que ofrece unas vistas preciosas de la aguja de Iao y la exuberante vegetación desde un bonito mirador. Esta roca sobresale la impresionante cifra de 700 metros sobre el nivel del mar. La "aguja" en sí es en realidad un canto agudo que parece una aguja cuando se ve desde cierta perspectiva. No hay senderos señalizados aquí pero en el hotel nos informaron de que había un sendero, el  “Secret Trail” que empezaba en la parte más alta del sendero oficial y que se podía seguir para disfrutar de la zona selvática. Así que lo hicimos y la verdad es que estuvo muy bien, vas caminando por una zona de vegetación exuberante por un sendero bien mantenido  y disfrutando de las vistas del valle. Ida y vuelta nos llevó una hora y media.

Desde el valle de Iao tomamos la carretera hacia el sur hasta Mai Poina 'Oe la'u, una preciosa playa de arena blanca donde aprovechamos para dar un paseo y comer algo. Tras disfrutar del océano seguimos al sur hasta otra preciosa colección de playas en Kama'ole. Son playas de arena con increíbles vistas de las islas de Molokini, Kaho'olawe y Lana'i. Conocidas con frecuencia por sus apodos más cortos ( "Kam I", "Kam II" y "Kam III") merece la pena visitarlas para sacar algunas buenas fotos. Siguiendo la costa hacia el sur se pasa por más playas como Keawakapu o Wailea Beach. Wailea Beach es una playa magnífica, con grandes vistas. Ha sido elegida varias veces como la mejor playa de Estados Unidos. Recorrimos la preciosa ruta costera, un camino de ida y vuelta de 3 millas a lo largo del frente al mar con vistas hacia el mar de las islas vecinas, y hacia el interior los amplios prados y los jardines de los hoteles. En el extremo sur hay un extenso jardín de plantas nativas de la costa, así como las ruinas de las casas antiguas de piedra volcánica yuxtapuestas con elegantes edificios frente al mar. Aquí también nos dimos nuestro primer baño en la isla. Un poco más al sur Makena State Park es un fabuloso conjunto de dos playas y un pequeño cilindro volcánico de unos 100 metros de alto justo al lado de la costa. Hicimos la corta ruta hasta la cima del cono volcánico para disfrutar de maravillosas vistas sobre la costa y las dos playas. La Little Beach, muy pequeña, es realmente pintoresca, bajo las verdes laderas del volcán. Desde la playa pequeña se accede andando a la grande, una preciosa extensión de arena que se extiende hacia el sur.

 

 

Makena Beach
                                                                                                                                          Makena Beach

 

Finalmente  y para acabar el día hicimos una parte del Hoapili Trail. Es un sendero que comienza en La Perouse Bay y se extiende a lo largo de la costa por varias millas. El paisaje es alucinante, parece que estés en marte ya que es todo terreno rocoso volcánico junto al mar. Se alternan acantilados con zonas más bajas y en algún momento aparecen hasta parches de arena. Sin embargo el recorrido es bastante llano, por lo que no es demasiado duro aunque el terreno es bastante irregular, formado por rocas angulosas. No recorrimos todo el sendero ni mucho menos por falta de tiempo pero nos dio tiempo a recorrer  algo más de un par de kilómetros antes de emprender la vuelta. La sensación de caminar por aquí es indescriptible. Es un lugar remoto y de una belleza salvaje sin igual. Así que tras el relajante paseo empezaba a anochecer y volvimos al  hotel.

DÍA 12:

Este día lo dedicamos a hacer una  de las rutas en coche más famosas de la isla y de todo el archipiélago de Hawaii, la carretera a Hana. Partimos hacia Kahului y desde allí tomamos la Hana Highway. Pero en lugar de seguirla desde el principio lo  que hicimos fue desviarnos hacia Paia por la Baldwin Avenue. Discurriendo entre la bohemia población costera de Paia y el pueblo de paniolos (vaqueros típicos de Hawaii) de Makawao, la avenida Baldwin es una de las carreteras más interesantes de Maui.  La carretera discurre con curvas a través de magníficas vistas a los campos de azúcar y piña del valle central de Maui y hacia el mar. La carretera comienza en Paia. Escondido entre las viejas casas de madera y edificios históricos rojizos manchados por las décadas de polvo de los campos de caña, la gran Pa'ia Lha Bab Paz Stupa, con su aguja de oro se levanta con su brillante cúpula blanca y es un pintoresco monumento budista de la isla. A media milla por la carretera, los restos de un antiguo molino de azúcar hacen guardia entre la zona residencial de Paia superior y la parte inferior de la población. Cruzando la carretera desde el molino, la histórica estación de tren de Paia ahora alberga el Yoga Shala Maui y el mercado de One Love Farmers Market. Otra milla y un par de minutos más tarde, se puede ver la Iglesia Católica de Santo Rosario. No nos entretuvimos demasiado porque  no queríamos quedarnos sin tiempo para la carretera de Hana, pero esta zona es de lo más pintoresco de la isla. La siguiente parada fue en Makawao Union Church, una curiosa iglesia que parece fuera de lugar en la isla, pues recuerda más a las iglesias europeas. En la carretera otra vez, se vislumbran laderas superiores de Haleakala y el istmo central de Maui. La impresionante vista cambia con cada curva del trazado sinuoso de la carretera. Finalmente llegamos a la población de Makawao. Makawao es famoso por la presencia  de los vaqueros de Hawai, o paniolos. Pasamos un rato visitando la importante colección de pintorescas tiendas, boutiques y galerías de arte en edificios históricos con mucho  encanto.  Y tras esto sí regresamos a la Hana Highway y proseguimos con la carretera a Hana.

Nada más retomar la carretera de la costa llegamos a Pauwela Point donde pudimos disfrutar de un pintoresco paisaje de costa. Más tarde paramos en Na'ili'ili-Haele un pequeño sendero que tiene todos los ingredientes para disfrutar de la increíble belleza de Maui. Esta caminata tiene todo - un espeso bosque de bambú, árboles tropicales, arroyos, estanques y una bonita cascada. No nos llevó mucho tiempo y mereció mucho la pena. En la carretera van apareciendo numerosas cascadas en ambas márgenes entre la vegetación tropical. Paramos más de una vez para adentrarnos un poco en la espesa vegetación y ver alguna cascada o alguna iglesia dispersa o también algún pintoresco puesto de fruta. Waikamoi Ridge Trail fue el siguiente destino del viaje, un sendero en plena selva tropical con unas vistas increíbles. Tuvimos que estar bastante atentos para encontrarlo, ya que no se encuentra muy bien indicado. Conviene ir con la ruta bien preparada para saber dónde parar si no seguro que te perderás cosas.  La siguiente parada para mí fue una de las mejores, en Honomanu Bay, una preciosa bahía rodeada de exuberante vegetación. La vista es preciosa. Por un camino de acceso llegamos andando en 5 minutos a pie de playa. La playa es rocosa y hay un pequeño arroyo que desemboca en el mar. La sensación es la de estar en una playa de una isla desierta. Justo después del  Kaumahina State Wayside Park hay un mirador en la carretera que da una buena vista de la bahía de Honomanu. Desde este mirador también se puede ver a la Península Ke'anae.  Y ese fue precisamente el siguiente destino. El antiguo pueblo hawaiano de Keanae destaca en un saliente de origen volcánico sobre el Pacífico. Aquí, en un antiguo flujo de lava adornado por una iglesia de piedra y palmeras, está uno de los últimos enclaves costeros de los nativos de Hawaii. Seguimos una carretera que se separa de la Hana Highway y rodea la península. Donde la carretera gira, hay una pequeña playa. Poco después pasamos por la iglesia construida con rocas de lava y entre palmeras. Al final de la carretera seguimos un corto sendero de 5 minutos a pie a lo largo de la costa sobre la lava negra. Después se sigue a lo largo del sendero hasta una playa rocosa. El mirador de Keanae se encuentra a lo largo de la carretera de Hana y se ve toda la Península Keanae con sus campos de taro verdes.

 

 

Acantilados en la carretera de Hana
                                                                                                      Acantilados en la carretera de Hana

 

Después pasamos por Wailua donde vimos el Santuario de la Mision de San Gabriel – un pintoresco edificio blanco -, las Waikani Falls y el bonito puente de Waikani con un único arco de 25 metros de largo. Paramos en el Wailua Valley State Wayside Park donde hay un mirador que ofrece excelentes vistas del valle de Wailua y la Península de Keanae. Poco después en la carretera el mirador de Wailua ofrece una última vista de Wailua a medida que proseguimos  por la carretera de Hana.

Seguimos por la sinuosa carretera hasta llegar a Pi'ilanihale Heiau, un heiau (lugar de culto hawaiano) dentro de Kahanu Garden, un parque botánico tropical. El heiau es el más grande en la isla de Maui y mide 100 metros por 130 metros en la parte superior. Las paredes que dan al mar se componen de múltiples terrazas escalonadas. El lugar es muy evocador. Hicimos un sendero para caminar por el jardín hasta el heiau y vimos una gran selección de plantas con carteles explicativos. Ya muy cerca de Hana llegamos a Waianapanapa State Park, una de las zonas costeras más bonitas de Maui. Visitamos la playa de arena negra llamada Pa'iloa con un agua azul-verde. La playa es pequeña, con una cueva en uno de sus lados. También hay un espectacular arco de lava en el agua muy cerca de la playa. Esta hermosa playa de arena negra es una de las paradas obligadas en Maui y el lugar perfecto para una sesión de fotos sin igual. Hicimos un tramo del precioso sendero Kihaapi'ilani Trail que lleva hasta Hana. No teníamos tiempo para hacerlo completo así que volvimos al coche y ya llegamos hasta Hana.

 

 

Waianapanapa State Park
                                                                                                                       Waianapanapa State Park

 

La preciosa población tropical de Hana es un pequeño y pintoresco pueblo costero. Es verdaderamente el último paraíso tropical sin desarrollar en Maui. Aquí hay una selva tropical salpicada de cascadas y piscinas mareales  azules chispeantes, bordeada por playas de arena roja y negra. Hay un  buen número de  edificios pintorescos. En la bahía de Hana hay un cono de ceniza de unos 100 metros de alto, Kauiki Hill. En tan solo 5 minutos a pie llegamos al lugar. El faro en la punta también apareció a la vista, y hay pequeñas playas de ceniza de color rojo a continuación. En las colinas verdes por encima del Hotel Hana-Maui se encuentra una cruz blanca hecha de roca de lava de 10 metros de altura. La caminata hasta la cruz de Fagan nos regaló una magnífica vista de la costa de Hana. De vuelta a la carretera de Hana, un poco más allá de Hauoli Road, está la majestuosa Iglesia Congregacional de Wananalua.

Y por último vimos la Red Sand Beach, al sur de la bahía de Hana, que es una preciosa playa de color rojizo justo al lado del cono volcánico. Y aquí pudimos ver el atardecer. Esa noche habíamos reservado un sencillo alojamiento en Hana, ya que la idea era volver por el sur el siguiente día, y hacerlo todo en un día es imposible. Volver hasta el hotel  en el que  nos habíamos alejado  hubiese sido hacer más de dos horas de coche para volver a Hana al día siguiente para hacer el recorrido de la costa Sur. La carretera de Hana es una verdadera maravilla. Paramos innumerables ocasiones simplemente a fotografiar o a ver un rincón que nos gustó desde el coche. Y la verdad que  hay algunos senderos que tuvimos que dejar de lado con pena, pero en un solo día creo  que no da para más.

DÍA 13:

Nos despertamos pronto dispuestos a aprovechar nuestro último día en Maui. Tras desayunar pusimos rumbo al sur desde Hana. Lo primero que vimos fueron dos bonitas playas: Koki Beach y Hamoa Beach. Ambas están muy cerca y son muy pintorescas. Además hay un islote muy cerca de la costa que hace que la estampa sea aún más bonita. Tras las pertinentes fotos seguimos la carretera y tras ver alguna cascada más muy cerca de la carretera llegamos hasta 'Ohe'o Gulch que es un idílico valle cortado por un riachuelo. La corriente es interrumpida a lo largo de su curso por cascadas y piscinas hasta su desembocadura en el océano – las Seven Sacred Pools -. Las mejores piscinas están situadas cerca de la orilla derecha más allá del edificio de los rangers del parque. Seguimos el pequeño sendero Kuloa Point Trail, que conduce hacia el océano hasta una gran vista de la costa desde un promontorio rocoso. Y después hicimos el impresionante sendero de Pipiwai. Situado por encima de la quebrada, es una de las mejores caminatas que hicimos en la isla. En total son unas 4 millas ida y vuelta. Tardamos algo menos de 3 horas en completar este fantástico sendero. Hay varias grandes cascadas a lo largo de la ruta con destino final en las Waimoku Falls y se atraviesan zonas de bosque realmente espectaculares, con partes de bambú, y un sinfín de atractivos naturales.

 

 

Hamoa Beach
                                                                                                                                           Hamoa Beach

 

Tras el paseo seguimos por la carretera disfrutando del paisaje y haciendo varias paradas simplemente para sacar fotos de la  maravillosa costa y paisaje de esta solitaria parte de la isla. La siguiente parada fue la pintoresca iglesia de Palapala Ho'omau, conocida por ser el lugar de entierro del aviador Charles Lindbergh. Desde el parque contiguo, disfrutamos de preciosas vistas a los acantilados de la costa este de Maui. La precaria y estrecha carretera continúa su sinuoso curso ofreciéndonos impresionantes vistas de la costa y llegamos finalmente a Kaupo. Vimos la Iglesia Huialoha y la iglesia misionera de San José. Kaupo marca el final de la zona verde y exuberante ya que desde aquí el paisaje se convierte en estéril desierto, muy seco pero a la vez de una gran belleza. Esta zona es una de las zonas más deshabitadas de la isla. Pasamos por un arco en el mar. Finalmente, la carretera empezó a ganar altura, y de repente el bosque y el verdor de Ulupalakua aparecen contrastando con el desierto. Pasamos por Keokea, una pequeña comunidad en las laderas del Monte Haleakala que ofrece vistas panorámicas de Haleakala. El pueblo es interesante y se nota una influencia china en sus construcciones. Tras el pueblo  la carretera discurre a través de los pastizales que ofrecen muchas vistas impresionantes de las islas vecinas, el valle que sirve de puente entre Haleakala y el oeste de Maui, y el océano. Sun Yat-Sen Memorial Park es un parque pequeño cuyas vistas panorámicas son excelentes.

 

 

Ohe'o Gulch
                                                                                                                                             Ohe'o Gulch

 

Seguimos la carretera hacia el norte pasando por una zona de granjas y también con buenas vistas. No nos entretuvimos mucho porque teníamos que llegar al aeropuerto para volar a la Big Island, la última isla que visitaríamos en este viaje. Así que llegamos al aeropuerto y tomamos el último vuelo del día con escala hasta la mayor de las islas de Hawaii. Tras llegar cogimos el coche de  alquiler y nos dirigimos al hotel en Hilo ya casi de madrugada. Esta isla fue la que en general nos pareció más vintage de todas, y lo empezamos  a notar tanto en el coche  de alquiler como en el propio hotel. Es importante mencionar que alquilamos un 4x4 porque es imprescindible para hacer la excursión a la cima del Mauna Kea.

DÍA 14:

El primer día en la Big Island lo  dedicamos al que es  probablemente su mayor atractivo: el Parque Nacional  de los Volcanes. Tras pasar por la estación de entrada y abonar la correspondiente tasa nos dirigimos a la caldera del Kilauea. El parque básicamente está  organizado en dos zonas: la  caldera del Kilaue y una carretera que nos lleva en descenso hasta la costa, la Chain of Craters Road. Hay numerosas rutas de senderismo pero las carreteras te llevan por los principales puntos de interés del parque.

Llegamos primero al centro de visitantes del parque y tras una rápida pero interesante visita hicimos un pequeño  recorrido hasta la zona de Sulphur Banks, donde hay zonas brillantemente coloreadas por las emanaciones de azufre aunque el olor a huevos podridos era bastante insoportable. Después hicimos la primera ruta de las dos que  habíamos planificado. Se trata del Halema’uma’u Trail que empezamos justo desde el centro de visitantes. Es un sendero que baja al cráter del Kilauea y llega hasta el cráter interior de Halema’uma’u. Sin embargo debido a la actividad volcánica no estaba permitido llegar hasta allí. Pudimos hacer un recorrido de algo más de 2.5 Km en cada sentido y a pesar de no poder llegar al destino fue muy interesante. Bajamos por la ladera del cráter por un sendero en el interior de un bosque y al salir a la caldera el paisaje es completamente estéril  con flujos de lava acumulados uno tras otro. El recorrido fue impresionante, con la columna de humo en frente nuestro saliendo del cráter y avanzando por coladas de lava y terreno muy irregular pero de una belleza asombrosa. Tras la caminata visitamos la zona de Steam Vents cercana al centro de visitantes donde pudimos ver emanaciones gaseosas bastante espectaculares saliendo de diferentes agujeros. Después seguimos la ruta en coche que bordea el cráter y paramos en el mirador de Kilauea. Las vistas hacia el cráter son espectaculares desde este mirador, es un muy buen mirador  de los que encontramos a lo largo del borde de la caldera. Desde allí seguimos un corto sendero hasta el Jaggar Museum por el borde del cráter disfrutando de las preciosas vistas, mejorando incluso las anteriores.  En el exterior del museo dedicado a la vulcanología hay otro impresionante mirador con paneles informativos. Visitamos el museo que resultó ser bastante interesante.

 

 

Cráter del Kilauea
                                                                                                                                    Cráter del Kilauea

 

Tras la visita tuvimos que retroceder pues la carretera estaba cortada y no se  podía seguir hacia el oeste por la actividad volcánica, la misma razón por la que no pudimos completar el sendero anteriormente. Tras deshacer el camino llegamos al Kilaue Iki Overlook con vistas a un bonito cráter secundario. Aquí pudimos descender al cráter y atravesarlo. Un paisaje muy similar al del cráter principal, bajando por un sendero a través del bosque paseamos por  el precioso paisaje lunar del fondo  del cráter. Muy cerca de allí por la carretera llegamos al tubo de Lava de Thurson, un enorme túnel rodeado de helechos gigantes y que nos permite caminar por un antiguo camino de lava. Otra experiencia realmente interesante. Tras esto hicimos el cercano sendero de Devastation Trail, muy cómodo pues discurre por una pista asfaltada, a través de un campo de lava que arrasó un bosque antiguo.

 

 

Kilauea Iki Trail
                                                                                                                                        Kilauea Iki Trail

 

Con esto concluimos la visita de la Crater Rim Road y tomamos la Chain of Craters Road que desciende hacia la costa. La primera parada fue el cráter de Lua Manu, un  pequeño cráter visible desde un mirador en la carretera. Poco después llegamos a otro cráter, el de Pauahi, más grande  que el anterior y con otro precioso mirador acondicionado. Lo siguiente fue Mauna Ulu donde un pequeño sendero nos llevó por una zona de pintorescos árboles de lava en un campo de lava bastante interesante. Tras el extenso campo de lava llegamos a una zona donde hay muy buenas vistas del Pacífico. Desde el mirador de Kealakomo las vistas del océano y de los extensos campos de lava que se derraman sobre el mismo son impresionantes y muy amplias. También pudimos  ver una serie de petroglifos en Pu‘u Loa, un pequeño recorrido por un campo de lava a través de una pasarela. Muy curioso fue ver un segmento de la antigua carretera literalmente tragado por la lava. Impresiona pensar como debió avanzar la lava comiéndose todo a su paso. La carretera acaba finalmente llegando al océano y allí un corto sendero nos llevó a un arco de mar – similar a los que podemos ver en la  playa de las Catedrales en Galicia pero más alto -.  Tras dejar el coche avanzamos por la costa un buen raro viendo la columna de humo que formaba la lava al solidificarse en contacto con el agua unos kilómetros por delante. El camino sin embargo es duro pues no hay sendero y avanzamos por irregular terreno de lava pero entre la  lava y el  océano la experiencia fue maravillosa. Tras regresar al coche dimos el día por terminado pues ya quedaba poca luz y teníamos que hacer todo el recorrido hasta Hilo. Allí cenamos algo en el hotel y nos fuimos a descansar.

 

 

Arco Holei en el mar
                                                                                                                                Arco Holei en el mar

 

DÍA 15:

Comenzamos temprano el día en Hilo. Necesitábamos aprovisionarnos y mientras lo hicimos vimos algún edificio interesante en la pequeña ciudad. De aquí nos dirigimos a la costa sur pasando por Pahoa. Pahoa es conocida la capital hippie de la Big Island. En el  centro de Pahoa pudimos ver joyas como sus aceras de madera, tiendas con falsos frontales de madera y numerosos edificios antiguos, que le dan un ambiente de "Lejano Oeste". La calle principal es realmente pintoresca. De aquí nos dirigimos a la costa sur hasta Kalapana. Aquí llego la lava no hace muchos años y arrasó un pequeño pueblo. Es el final de la carretera asfaltada al sur del Kilauea. Desde Kalapana pudimos andar una media hora larga hasta una zona de vistas  hacia la colada del volcán. Es impresionante ver cómo cae la lava en el mar y se forma nueva tierra, aunque eso sí, de muy lejos. La costa y playas de arena negra que se pasan son espectaculares, un paisaje desolado pero bello a la vez. En la negrura del paisaje surge de vez en cuando alguna palmera que se ha abierto paso en la lava.

Tras eso seguimos la carretera 137 hacia el norte y fuimos recorriendo diferentes zonas de playa y acantilados, todas de arena y roca negra, un paisaje precioso. Pasamos por la playa negra de Kehena, y después llegamos a MacKenzie State Recreation Area, quizás la  zona con la costa más espectacular de la Big Island. El paisaje está compuesto principalmente por rocas y lava seca, con vegetación exuberante en algunas zonas. Pudimos ver acantilados bajos con cuevas, arcos de mar y aberturas del tubo de lava, con los árboles prácticamente precipitándose en el mar. Hicimos un tramo del King’s Highway, un  maravilloso sendero costero donde se pueden ver pintorescas formaciones de la va y también los restos de algún heiau hawaiano. Es sin duda una zona preciosa. Seguimos la carretera hasta Ahalanui Park, una fuente termal natural en un bosque de cocoteros que ha sido adaptada como una amplia piscina junto al mar. Con un fondo de arena y olas chocando contra el borde de la piscina había bastante gente bañándose. Siguiendo la carretera pasamos por más zonas de playas de arena negra y piscinas junto al mar hechas en la propia lava solidificada. En Kapoho vimos más piscinas del mismo  tipo y un paisaje muy pintoresco en un pueblo con muy pocas casas pues también  había sido destruido por otro flujo de lava. Al final de la carretera llegamos al faro de Kumukahi la punta más oriental de la isla. Hay un aparcamiento al lado del faro de  Kumukahi donde aparcamos para explorar la escarpada costa del Cabo Kumukahi. Caminamos hasta la playa para ver la costa en la línea de lo que ya habíamos visto  en esta zona. La estructura del faro en sí es bastante pintoresca y se encuentra en una isla verde en medio de un  océano de lava solidificada. Esta es la zona más desolada, remota y solitaria que visitamos en Hawaii, y eso que encontramos muchas.

 

 

MacKenzie State Recreation Area
                                                                                                          MacKenzie State Recreation Area

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

De vuelta a Hilo paramos en el Lava Tree State Monument, un pequeño parque que conserva moldes de lava de los troncos de antiguos árboles que se formaron cuando un flujo de lava se extendió por un área boscosa. Hicimos una pequeña ruta a pie de menos de 1 Km y visitamos el curioso lugar además de aprovechar para comer algo. Tras eso volvimos a Hilo y seguimos hacia el norte. Hicimos una pequeña ruta costera en coche, la Pepe’ekeo Scenic Drive.  Es un tramo de 6 Km de la antigua carretera que serpentea entre miradores a través del bosque tropical y ofrece unas impresionantes vistas de la bahía de Onomea. No hay zonas de aparcamiento a lo largo de la carretera por lo que hay ir parando en la propia carretera para sacar las fotos. Hicimos una caminata muy agradable y corta que desciende unos 200 metros desde la ruta a Onomea Bay, con preciosas vistas de los acantilados. Desde aquí seguimos en coche a las Akaka Falls, una de las cascadas más conocidas de la isla. Tiene 130 metros de altura y es realmente pintoresca. Un corto sendero, pavimentado y muy sencillo de seguir  conduce a un mirador sobre las Akaka Falls y también a las más pequeñas Kahuna Falls. Seguimos con el coche hacia el norte y paramos en Kolekole Beach una preciosa playa de arena y rocas negras bajo un pintoresco puente de unos 30 metros de altura por el que discurre la carretera. Cerca del puente, en el otro lado del río hay una hermosa pequeña cascada muy fotogénica.  A medida que seguimos hacia el norte por la costa de Hamakua muchos de estos puentes como el de Kolekole se extienden sobre cascadas y otros paisajes hermosos. La vista la izquierda suele ser de impresionantes cascadas y hacia la derecha de impresionantes vistas del océano. Posteriormente paramos en Laupahoehoe Beach Park, una pequeña península de roca volcánica cubierta de césped y vegetación que ofrece preciosas vistas de la costa. Y ya sin tiempo para más empezamos a deshacer el camino  hasta Hilo y al hotel  donde nos alojábamos.

DÍA 16:

El principal objetivo del día era subir a la  cima del Mauna Kea, en el centro de la isla. Para ello salimos pronto del hotel y nos dirigimos a la Saddle Road que atraviesa la isla. Primero hicimos una parada en el Wailuku River State Park para ver los Boling Pots, una serie de piscinas conectadas por un flujo subterráneo de agua y las bonitas Peepee Falls. Tras la parada seguimos por la Saddle Road,  una espectacular carretera que pasa por los flujos de lava secos, y un vasto desierto de apariencia lunar, aunque también por exuberantes selvas tropicales. A lo largo de la ruta hay carreteras que conducen a las cumbres de Mauna Kea y Mauna Loa, dos gigantes que se elevan a ambos lados de la misma.

Primero nos desviamos hacia el gran objetivo del día. Mauna Kea Summit Road ofrece acceso al Centro Internacional para la astronomía Onizuka (a 2,835m) y al centro de visitantes del Mauna Kea y y luego sube a Mauna Kea hasta la increíble altitud de 4.200 metros, el punto más alto de todo Hawaii, con impresionantes vistas. La carretera tiene 14 millas de largo, de las cuales las primeras 6 millas (al Centro de Onizuka) y las últimas 3 millas están pavimentadas. Mauna Kea es un gigantesco volcán inactivo. Desde el centro Onizuka ya hay unas vistas impresionantes pero el panorama es aún mejor desde la cumbre. Conducir hasta la cima del Mauna Kea es imposible sin un coche 4x4. Realmente la carretera no está tan mal, pero si no tienes este tipo de vehículo no te dejan pasar, de ahí la importancia de reservar un 4x4 en esta isla.

Cráteres en el Mauna Kea
                                                                                                                       Cráteres en el Mauna Kea

La ruta a la cumbre pasa por varios lugares notables: la Reserva Natural Mauna Kea Ice Age, con una cantera donde los antiguos hawaianos obtuvieron la roca utilizada para la fabricación de sus herramientas; el Valle de la Luna, donde los astronautas del Apolo practicaron la conducción de su vehículo lunar; el Lago Waiau, el tercer lago más alto en los EE.UU. y separado unos 600 metros de la carretera y Pu'u Poli'ahu, un lugar sagrado para los hawaianos. La cumbre de Mauna Kea está coronada por un grupo de cúpulas astronómicas que dan un aspecto realmente marciano al lugar, con colores asombrosos y varios conos volcánicos. Las vistas son sencillamente increíbles y además se pueden ver formas de relieves surrealistas, y las nubes desde una perspectiva única. Para subir al punto de la cumbre hay que andar un poco desde la carretera. Se ven numerosos conos volcánicos y el inmenso Mauna Loa justo en frente. Estuvimos caminando un buen rato por la zona visitando algún cono cercano y acercándonos todo lo posible a la zona de los observatorios. Tras visitar la cumbre, bajamos de nuevo por la carretera y paramos en el centro de visitantes para visitar Pu'u Kalepeamoa, o Sunset Hill, un cono volcánico cerca de la estación de visitantes con grandes vistas de la región Saddle Road. Es un corto  paseo de un poco más de 1 Km.

Nada más reincorporarnos a la Saddle Road subimos a otro pequeño cono volcánico, el Puu Huluhulu, con preciosas vistas de otros conos y del Mauna Kea. Después tomamos la carretera al Mauna Loa, pero solo avanzamos un poco por ella para ver los inmensos campos de lava. Decidimos no subir pues en el centro de visitantes nos dijeron que las vistas y el paisaje no eran mejores que las del Mauna Kea y la carretera era realmente larga por un paisaje muy desolado así que aprovechamos para seguir viendo otras cosas. Los campos de lava son gigantescos en esta zona, la  sensación de desolación es mayor que en ninguna delas otras zonas volcánicas de Hawaii.

Seguimos por la Saddle Road hasta la costa oeste dela isla, concretamente hasta el Parque Histórico Nacional de Kaloko-Honokohau. Este parque incluye diferentes puntos de interés: ruinas de heiau (templo); ruinas de viviendas y otras estructuras; petroglifos y otros elementos dela cultura hawaiana. Hicimos un recorrido por los principales puntos de interés. A lo largo de la costa pudimos ver una canoa Hale (casa de canoas). Y en la play, tendidas, pudimos ver un montón de tortugas tumbadas al sol, un espectáculo increíble. Estaban allí como si nada y tampoco se asustaban por nuestra presencia. Continuaos por la carretera hacia  el sur pasando por pequeñas playas y zonas de lava negra volcánica alternándose con zonas de mayor  vegetación. Paramos al sur de la bahía de Kealakekua para ver las playas de roca y los acantilados. Es un bonito rincón de la isla. Más al sur en Pu'uhonua O Honaunau National Historical Park vimos más construcciones tradicionales hawaianas en un bonito saliente de  la costa con palmeras y diferentes piscinas rocosas. Toda esta zona oeste hacia el sur está bastante deshabitada y es un paisaje muy desolado, con grandes coladas de lava negra  y muy poca vegetación en general. Como ya era bastante tarde nos dimos la vuelta y volvimos a Kona, donde nos alojaríamos esta noche y la siguiente. Nos quedamos sin ver la Green Sands Beach en el sur, una playa de arenas verdes según habíamos leído  pero no daba tiempo para más.

Parque Histórico Nacional de Kaloko-Honokohau
                                                                              Parque Histórico Nacional de Kaloko-Honokohau

DÍA 17:

Éste era el último día en las islas y el objetivo era explorar la costa oeste en su parte norte. Salimos desde Kona, el pueblo más grande de esta parte de la isla y donde se puede ver algún edificio tradicional. Nuestra primera aparada fue la playa de Kekaha Kai Beach Park, en realidad un conjunto de playas donde la más bonita es la de Makalawena, a la que hay que llegar andando desde el parking del parque. Es una playa de arena con rocas de lava rodeándola por todas partes y que es muy pintoresca. Un poco más al norte llegamos a un pequeño cono de volcán, Pu'u Ku'ili, al que se puede subir fácilmente desde la carretera y que proporciona unas vistas estupendas de esta parte de la  costa. Tras pasar por una zona de resorts y grandes hoteles más al norte llegamos a Hapuna Beach, una de las playas más bonitas dela isla y más similares a las que encontramos en España, con mucha arena dorada y aguas ideales para el baño. Como era nuestro  último  día no desaprovechamos la oportunidad de darnos nuestro último baño en las islas. Esta playa es verdaderamente bonita y es de las que más se puede aprovechar para disfrutar del Pacífico si te gusta nadar.

Paramos en nuestro camino hacia el norte en Lapakahi State Historical Park, otra ubicación en la costa donde pudimos ver algún heiau – monumento religioso usado para sacrificios -  y una vivienda de los indígenas restaurada. El sitio es precioso junto al mar, pero como ya habíamos visto otros similares, nos dimos prisa en la visita. Pasamos por los pueblos de Hawi y Kapa’au donde pudimos ver bonitas casas de madera típicas hawaianas y una estatua del rey Kamehameha. Nuestro objetivo era el valle de Pololu al final de la carretera. Al terminar el asfalto hay un mirador con espectaculares vistas de este valle virgen de Hawaii y su salida al mar en una playa de arena negra. Bajamos hasta la playa por un empinado sendero y llegamos a la misma, un sitio precioso y totalmente aislado. Es una playa digna de cualquier película con isla desierta. Paseamos un poco por la playa y volvimos al coche. En total el recorrido nos llevó una hora larga. Es una de las imágenes que aparte de los volcanes más nos impactó de toda la isla.

Valle de Pololu
                                                                                                                                         Valle de Pololu

Tras coger el coche nos dirigimos hacia la costa este de la isla, y para ello decidimos hacer la vuelta por la carretera escénica de Kohala Mountain. La carretera ofrece unas vistas preciosas de la isla. Hay un mirador habilitado pero además paramos en diferentes sitios para sacar fotos. Al final la carretera entra en una zona de lava y llega a Waimea, una de las ciudades más importantes de la isla. Desde allí nos dirigimos a otro valle en la costa norte similar al ya visitado de Pololu, el valle de Waipio. Aquí la carretera no acaba arriba sino que baja hasta el valle, pero solo puedes pasar si llevas un 4x4.  La vista desde arriba del valle abriéndose al mar en otra playa de arena negra es impresionante. Este valle es mucho más grande en todas sus dimensiones que el de Pololu. Como curiosidad, el valle era el lugar de la escena final de la película de ciencia ficción Waterworld. Bajamos con el coche a la playa – con ciertos reparos porque la carretera es realmente muy empinada – y llegamos hasta la playa. Estuvimos paseando un  poco por allí hasta el río que desemboca en mitad de la misma. El paisaje es  impresionante, otro de los lugares mágicos de Hawaii. En algunas guías habíamos leído que del acantilado a la derecha de la playa caía una espectacular cascada pero al menos nosotros no vimos nada. Y tras disfrutar de la playa un rato –para pasear – nos dimos media vuelta y tomamos camino de Hilo, donde nos alojamos en un hotel para tomar el vuelo a Honolulu al día siguiente, y desde allí vía Los Angeles y Londres hasta Bilbao. Y así terminamos un viaje que nos dejó un recuerdo imborrable.

Valle de Waipio

Datos prácticos:

Vuelos: desde San Francisco y Los Angeles hay infinidad de vuelos a Oahu, punto de entrada en las islas y a un precio muy asequible. Para los americanos  Hawaii es lo que Mallorca en España, y a pesar de la distancia los vuelos son muy económicos. Para los vuelos domésticos entre islas Hawaiian Airlines tiene también un buen número de conexiones.

Alojamiento: reservamos un hotel en cada isla a precios también bastante asequibles. Las distancias no son demasiado grandes en la isla por lo que merece la pena alojarse  en un único sitio y desde allí moverte.

Comidas: las comidas las hicimos de picnic siempre. Hay infinidad de ares habilitadas en las playas y son sitios muy bonitos. Para las cenas en Oahu cenamos siempre en la zona de Waikiki muy animada y en Kauai en el hotel, que tenía una terraza muy agradable en la propia playa.

Desplazamientos: imprescindible alquilar un coche en cada isla. Las carreteras son buenas, y a pesar de estar en pleno verano no hay sensación de agobio de turistas salvo en algunos puntos muy concretos, pero por las islas se viaja de maravilla.

Otros: importante llevar un seguro médico contratado para el viaje como en cualquier viaje a Estados Unidos. Para viajar a Hawaii no hay que tener ninguna precaución sanitaria especial ni ponerse vacunas. Lo único un buen repelente para los mosquitos, un poco pesados según en qué zonas.