Atenas, cuna de la civilización occidental

Pasamos tres días en Atenas, capital de Grecia. Sin duda una de las ciudades con una historia más ricas de occidente, aunque quizás no haya conservado y mantenido su patrimonio cultural todo lo bien que hubiese sido deseable. No  obstante la cuna de la cultura griega merece una visita de unos días para empaparse de los vestigios de la civilización helena. Caótica y bulliciosa la enorme metrópoli destaca sobre todo por su Acrópolis, el monumento más importante de la antigua Grecia.

DÍA 1:

Llegamos al aeropuerto de Atenas y allí mismo  cogimos el metro. Es la forma más rápida de llegar al centro ya que el tráfico en la ciudad es bastante caótico. El viaje lleva casi tres cuartos de hora hasta la plaza Sintagma donde nos bajamos para dirigirnos a nuestro hotel. Dejamos nuestras pertenencias allí y nos dirigimos a nuestro primer destino: la Acrópolis. Desde el hotel cercano a la plaza Sintagma es un agradable paseo de unos quince minutos. Pasamos por la zona más turística repleta de bares y tiendas de souvenirs y llegamos a las faldas del promontorio rocoso donde se encuentra la Acrópolis.

La Acrópolis es en realidad un conjunto de monumentos, los más importantes que se conservan en Grecia. La mayoría de los monumentos  se encuentran en una meseta rocosa situada a unos 150 metros de altitud que sobresale como una isla en la inmensidad de la capital griega. Aquí visitamos el Partenón, la puerta de los Propileos, el Templo de Atenea Niké, y, el Templo Erecteion con las conocidas Cariátides, esas columnas con figuras femeninas que son todo un símbolo de la ciudad. Ya en la parte inferior de la meseta también vimos el  teatro de Dionisos y el fabuloso teatro del Odeón de Herodes Ático, junto con otros monumentos menores y una amplia zona de ruinas. Para visitar el conjunto  empleamos unas dos horas y media y sin duda es lo que más nos gustó de toda Atenas. Nosotros adquirimos una entrada combinada que vale para la propia Acrópolis además de la Ágora Antigua, la Ágora Romana, la  Biblioteca de Adriano, el templo de Zeus Olímpico,  Kerameikos, y el teatro de Dionisos. Además se puede usar durante varios días después de su compra.

Cariatides, Acrópolis, Grecia, Atenas
                                                                                                                                            Las Cariatides

Se accede a la parte superior de la meseta mediante una escalinata al final de la cual encontramos los Propileos, con sus columnas dóricas que dan paso a la explanada propiamente dicha de la Acrópolis. Y allí te encuentras frente a frente con el Partenón, el conocidísimo edificio de rotundas columnas que domina la cima de la Acrópolis. Tras ver el Partenón visitamos los demás edificios de la meseta, como el Erecteion, un edificio de estilo jónico con las Cariátides, columnas con forma de mujeres. Curiosamente las que aquí vemos son copias ya que as originales se encuentran en Londres, en el Museo Británico, y en el propio museo de la Acrópolis que visitaríamos posteriormente. El templo de Atenea Niké y el Santuario de Zeus completan la colección monumental de la zona. Además las vistas desde la meseta hacia la ciudad son fabulosas. Se contempla la inmensidad de la ciudad solo interrumpida por unos pocos promontorios que visitaríamos en los días posteriores. A los edificios no se puede entrar lógicamente pero simplemente pasear por sus alrededores ya es una experiencia fabulosa.  Bajamos de la meseta de la Acrópolis y vistamos la zona inferior de la colina donde también hay varios monumentos sobresalientes, en especial  el fantástico teatro de Dionisios y el odeón de Herodes Ático.

El Partenón, Atenas, Grecia
                                                                                                                                                 El Partenón

Antes de visitar el Museo de la Acrópolis nos dirigimos a otro de los lugares incluidos en la entrada, el Templo de Zeus Olimpico, situado en una explanada donde se encuentra también el arco de Adriano. La verdad es que del templo queda muy poquito, solo unas pocas columnas han sobrevivido hasta nuestros días. Así que sin entretenernos demasiado nos fuimos hasta el Museo de la Acrópolis situado bajo la meseta de la Acrópolis en una avenida peatonal muy agradable. La visita al museo es independiente de la Acrópolis y por lo tanto la entrada se paga aparte. Merece mucho la pena la visita y estuvimos recorriendo sus diferentes plantas durante una hora y media. Aquí se pueden ver obras de arte rescatadas de la Acrópolis entre las que se encuentran cinco de las Cariátides – la otra se encuentra en el Museo británico -   y parte del friso del Partenón.  Además de todo lo expuesto merece la pena subir a la azotea para disfrutar de las vistas.  Aquí también aprovechamos para comer algo en la cafetería.

Templo de Zeus Olímpico, Atenas, Grecia
                                                                                                                         Templo de Zeus Olímpico

Salimos del museo y pasamos por un enorme parque en el que se encuentra el palacio de congresos de Zappeion, un impresionante edificio que emula a los antiguos templos griegos. En una esquina del parque también pudimos ver los restos de unos baños romanos. Y agotado nuestro cupo de visitas históricas para nuestra primera jornada nos fuimos a ver dos de los barrios más característicos de la capital helena: los barrios de Plaka y Monastiraki. Plaka es el barrio más antiguo de Atenas y es una zona para disfrutar recorriendo su intrincada y pintoresca red de callejuelas, repletas de comercios de todo tipo. Paseamos por la calle Adrianou, la calle principal del barrio. Es además una calle pintoresca repleta de tiendas, restaurantes y realmente animada.  No muy ancha al principio y cada vez más estrecha según la recorremos, a lo largo de la misma encontramos muchas tiendas, galerías de arte, y músicos callejeros. Callejeamos por la zona y llegamos también  a la plaza  Filómousou Eterías, con sus concurridas terrazas. Pero además de las tiendas también pudimos ver algunos focos de interés como la Linterna de Lisicrates, una antigua escultura en la calle Tripodón o la Iglesia de Santa Catarina, con restos de edificaciones romanas anteriores y donde pudimos echar un vistazo a su interior con una decoración muy característica y recargada. Pero en general lo más interesante es el propio ambiente del barrio.

Plaza de Monastiraki, Atenas, Grecia
                                                                                                                                 Plaza de Monastiraki

Seguimos callejeando por el barrio de Monastiraki, contiguo al de Plaka. En realidad es una continuación del mismo, muy animado y con una intrincada maraña de calles repletas de puestos y tiendas, al estilo de un gran zoco. Es sin duda el lugar adecuado para comprar algún souvenir. Uno de los lugares más destacados es la plaza Monastiraki donde se levanta la preciosa Mezquita Tzisdaraki, que alberga un museo al que no entramos por la hora. En la misma plaza está la bonita iglesia de Pantanassa, y en conjunto esta plaza es uno de los lugares más emblemáticos de la antigua Atenas. Junto a la mezquita también se encuentra la Biblioteca de Adriano  para el que teníamos entrada pero que tuvimos que dejar para otro día. En la misma plaza está la estación de metro del barrio, la más antigua de Atenas. Y allí sí pudimos ver una serie de  hallazgos arqueológicos que aparecieron en la zona durante la construcción de la misma estación. Terminamos el primer día paseando por las callejuelas del barrio donde aprovechamos para cenar. Encerrada en  una plaza sin mucho  encanto encontramos otra preciosa iglesia, la  Panaghia Kapnikarea, aunque ésta nos tuvimos que conformar con verla por fuera. Y sin más nos retiramos al hotel.

DÍA 2:

Comenzamos el segundo día visitando el estadio Panatenaico. Aunque inspirado en los antiguos estadios de la Grecia clásica la construcción es bastante moderna, de hecho del siglo XIX. Y su importancia radica en que fue el escenario de los primeros juegos olímpicos de nuestra era. Además es un estadio espectacular, ya que está completamente construido en mármol blanco. La visita en realidad no aporta mucho  más que ver el amplio espacio desierto  pero es un lugar de un valor histórico indudable para el olimpismo. Además del estadio en sí recorrimos un museo donde se pueden ver muchas fotos históricas, las antorchas olímpicas…

Estadio Panatenaico, Atenas, Grecia
                                                                                                                                 Estadio Panatenaico

Avanzando por una amplia avenida llegamos a la plaza Sintagma, uno de los lugares más conocidos de la capital griega, ya que es el centro de reuniones y manifestaciones de los atenienses pues justo allí se encuentra el Parlamento. El Parlamento es un edificio con un color característico amarillo y unas columnas en su entrada que claramente recuerdan a las del Partenón. Justo  bajo el edificio se encuentra la tumba del soldado desconocido custodiada por soldados con un uniforme realmente curioso. Cada hora se hace un cambio de guardia, no muy espectacular pero interesante si coincide cuando estás por allí. En la parte trasera del parlamento se encuentra una amplia zona verde con bosque, lagos, puentecillos… una zona muy agradable para pasear. Aquí también se encuentran el jardín Botánico y el zoo.

Dejamos la zona y nos dirigimos al Monte Licabeto, uno de los mejores miradores de la ciudad, aunque no para ver la Acrópolis en concreto, ya que pilla un poco lejos. Nos dirigimos al barrio de  Kolonaki donde tomamos el funicular que nos llevó a la cima del monte. En la cima hay una capilla - Agios Giorgios --, un restaurante y un Teatro – aunque un tanto separado de la cima de la montaña -, pero lo más interesante desde luego son las vistas. Desde aquí vemos la impresionante extensión de la capital, la Acrópolis -aunque algo distante - y las vistas llegan hasta el mar Egeo con algunas de las islas cercanas a la costa. El estadio Panatenaico también se aprecia perfectamente desde el mirador.

Vista desde el Monte Licabeto, Atenas, Grecia
                                                                                                                  Vistas desd el Monte Licabeto

Tras bajar del monte tomamos el metro hasta la plaza de Monastiraki para visitar otras dos zonas bastante amplias de ruinas: la Agora Romana y la antigua Agora de Atenas. Nos dirigimos primero a visitar la Agora romana. Se trata del Foro que construyeron los romanos durante la ocupación de la capital griega. Las ruinas básicamente corresponden a la zona del mercado de la ciudad, y la antigua plaza pública o foro, el lugar habitual de reunión de la población. La verdad es que hay que echarle bastante imaginación porque en un solar bastante amplio solo permanecen en pie restos de algunas columnas. Se accede al recinto a través de la Puerta de Atenea Arquegetis, relativamente bien conservada. Allí apreciamos la columnata de estilo jónico que delimitaba el mercado. A pesar de no quedar mucho si se pueden apreciar las dimensiones y monumentalidad de lo que fue este mercado. También se pueden apreciar las letrinas en esta zona. Y siguiendo la visita vimos los restos del foro, donde se levantaba la Torre de los Vientos, que se conserva bastante bien y constituye el edificio más importante de todo el Agora Romana. Se trata de una antigua estación meteorológica situada en el extremo opuesto a la entrada al recinto. Pudimos acceder al interior del edificio donde hay un curioso orificio circular en el centro del suelo. Esta zona es la más interesante de las ruinas.

Agora Romana, Atenas, Grecia
                                                                                                                                           Agora Romana

Abandonamos el Agora Romana y nos fuimos al antiguo Agora Ateniense.  Al igual que su homónima romana, éste era el lugar central de la vida de la ciudad en la época clásica. El recinto es mucho más grande que el del Agora romana y las ruinas se esparcen por una buena zona. Nada más entrar nos topamos con la Iglesia de los Santos Apóstoles que  es un monumento levantado en la zona durante la época medieval. Así que parece un tanto fuera de lugar, pero es bonita y se conserva perfectamente. Además en su interior alberga unos bonitos frescos.  Una de las vías principales de la zona de ruinas es la vía procesional o calle de las Panateneas. A lo largo de esta y de otras vamos viendo diferentes ruinas del templo de Ares, el Odeon de Agripa…. Sin duda la estrella de las ruinas es el templo de Hefesto sobre una pequeña colina. Es sin duda el mejor conservado de todo Atenas y es un edificio realmente armónico y precioso. El Odeon de Agripa es otro de los espacios destacados. Las estatuas de un gigante y dos tritones adornan este precioso teatro. Justo a los pies del templo de Hefesto encontramos el Tholos, un edificio circular que era la sede de la ciudad aunque sólo se puede ver el plano a nivel del suelo. También en el recinto encontramos un museo con diferentes esculturas, piezas e información de las excavaciones realizadas en el recinto.

Templo de Hefesto, Atenas, Grecia
                                                                                                                                     Templo de Hefesto

Y recorridas las zonas de ruinas nos fuimos a un par de miradores más para disfrutar de la vista de la Acrópolis. El primero de ellos fue la colina de Filopapo, desde donde se obtiene sin duda la vista más espectacular de la Acrópolis. En sí, la colina es un espacio verde surcado por numerosos senderos, algunos de ellos empedrados, que conducen a la parte superior. En la cima hay un monumento funerario desde donde hay preciosas vistas de la Acrópolis. Siguiendo hacia el sur por un camino de tierra que sale de lo alto de la colina, se alcanza el otro extremo de la colina, desde donde disfrutamos de unas fabulosas vistas del Pireo y de los barrios del sur de la ciudad. En la colina hay varios monumentos menores como una pequeña iglesia una fuente o un santuario. Y otro fabuloso mirador es la colina de Aeropagus, muy cercana a la de Filopapo. Así que tras bajar de ésta nos dirigimos a la segunda. Su altitud es menor pero está más cerca de la Acrópolis y la perspectiva de la monumental meseta es diferente y a la  vez preciosa. Además nos coincidió aquí la hora del atardecer, y la visión de la Acrópolis mientras se quita el sol y poco después iluminada es espectacular. Después dimos un paseo por la zona de Monastiraki, cenamos algo y nos retiramos al hotel.

Atardecer desde la colina de Filopapos, Atenas, Grecia
                                                                                                  Atardecer desde la colina de Filopapos

DÍA 3:

Comenzamos el tercer día de visita a Atenas haciendo una de las visitas que nos quedaban pendientes con la entrada que adquirimos para la visita de los principales monumentos. Así que nos dirigimos a la Biblioteca de Adriano, que se encuentra situado en la parte sur de la Plaza Monastiraki. La Biblioteca de Adriano es uno de los restos más espectaculares de la época romana que se conservan en Atenas. Se trata de la biblioteca personal de emperador, albergada en un espectacular edificio con numerosas columnas, de las que desgraciadamente solo quedan unas pocas en pie. También se conservan algunos muros y otra serie de restos esparcidos por el enorme espacio que ocupó este edificio en sus tiempos de gloria. La visita no nos llevó mucho y desde allí nos dirigimos a la última de las visitas incluidas en nuestra entrada, la visita a Kerameikos.

Biblioteca de Adriano, Atenas, Grecia
                                                                                                                                Biblioteca de Adriano

El Kerameikos es un barrio lleno de talleres de Alfareros y la visita es una experiencia realmente interesante, especialmente en lo que se al museo arqueológico y el extenso cementerio se refiere. Visitamos el hermoso cementerio donde pudimos ver algunas lápidas y construcciones funerarias, aunque algunas de ellas están realmente dañadas. También visitamos el  museo que se encuentra dentro de las ruinas donde se encuentran diferentes  hallazgos de las ruinas arqueológicas como varios tipos de vasijas, estatuas y otros enseres funerarios. Lo más impactante es sin duda el paseo por el cementerio donde hay algunos rincones realmente bonitos. Y tras la visita al barrio – dimos un breve paseo aunque sin demasiado interés - nos dirigimos al Pireo, el puerto de la ciudad.

Kerameikos, Atenas, Grecia
                                                                                                                                                Kerameikos

Situado a una media hora del centro en metro. El Pireo es uno de los puertos más bulliciosos y transitados del Mediterráneo. De hecho hay tres puertos diferentes, el de pasajeros y mercancías, el puerto deportivo y el más interesante: Mikrolimano, un pequeño puerto de pescadores que es el que más interés tiene desde el punto de vista turístico. Se puede decir que es hasta pintoresco. Allí estuvimos paseando y nos acercamos al faro para tener una visión de la pequeña bahía. Toda la línea de costa está completamente cubierta por las terrazas de los restaurantes. Es un lugar curioso aunque si no tienes tiempo tampoco pasa nada por no verlo.

Puerto de Mikrolimano, Atenas, Grecia
                                                                                                                              Puerto de Mikrolimano

Volvimos al centro y nos desplazamos al barrio  chino/indio de la ciudad. Son unas callejuelas que se encuentran justo detrás de la plaza de Monastiraki, repletas de tiendas de especias y de legumbres, bazares al más puro estilo oriental, tiendas de artesanía, y un bullicio caótico que te hace pensar que puedas estar en otra parte del mundo y no en Grecia, aunque de por sí la ciudad ya es bastante caótica y animada. Algunas callejuelas son realmente estrechas y hasta un poco claustrofóbicas con todo el trasiego de gente pululando entre los puestos de todo tipo. Además es una zona con bastantes grafitis y pinturas murales que se pueden encontrar en cualquier esquina. De aquí nos fuimos al cercano barrio de Anafiotika.

Por este barrio  ya habíamos pasado cuando nos fuimos a visitar la Acrópolis, pero no lo habíamos visitado en profundidad. Es un barrio repleto de cuestas y que según vas ascendiendo es más interesante. En la parte alta se encuentran unas callejuelas repletas de las típicas casitas blancas de las islas griegas y desde donde hay fabulosas vistas de la ciudad. También aquí encontramos muchos murales y grafitis urbanos. En general te da la sensación de estar paseando por un pequeño pueblo griego con sus lugares pintorescos, aunque también encontramos zonas bastante degradadas. No obstante merece la pena la visita a este barrio. Estuvimos callejeando por allí y ya aprovechamos a cenar en uno de los muchos restaurantes que hay por la zona.

Barrio de Anafiotika, Atenas, Grecia
                                                                                                                                  Barrio de Anafiotika

Este tercer día fue sin duda el menos intenso y el que más aprovechamos para ver relajadamente la Atenas más auténtica, con sus barrios menos turísticos.  Probablemente en dos días se pueda ver perfectamente la capital helena pero el recorrido por  estos barrios disfrutando sin más del  paseo y encontrando rincones encantadores nos dejó un fabuloso sabor de boca.

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