Malta, encrucijada de culturas en el Mediterráneo

Malta es una pequeña isla – archipiélago en realidad – al sur de Italia, entre Sicilia y África. La isla principal es bastante pequeña comparada con otras del Mediterráneo, pero es ideal para una visita relajada en la que disfrutar de sus cristalinas aguas y un interesante puñado de visitas históricas y culturales. No es una isla tan espectacular como otras que hemos visto por el Mediterráneo pero si merece la pena para una escapada. Nosotros la recorrimos en una semana – 8 días en realidad – muy relajadamente, disfrutando tranquilamente de sus playas y visitando sus principales ciudades. También nos dio tiempo a recorrer las pequeñas islas de Gozo y Comino al norte de la isla principal de Malta.

Dado que las distancias en la isla son muy asequibles – se puede recorrer la isla de punta a punta en apenas una hora -, decidimos alojarnos en el mismo lugar todas las noches y desplazarnos desde allí a los puntos de interés a lo largo y ancho de la isla. Para ello elegimos Sliema, un  pueblo costero al norte de la bahía de La Valeta, y en realidad unido a ella. Desde allí con un coche de alquiler nos movimos fácilmente por toda la isla. Un pequeño inconveniente es que en Malta se conduce por la izquierda, aunque enseguida nos acostumbramos.

DÍA 1:

Llegamos en avión y nuestro  primer objetivo fue visitar la capital de la isla, La Valeta. Aunque es una ciudad pequeña, sus edificios de piedra dorada y sus iglesias ornamentadas a lo largo del núcleo histórico - rodeado de agua por tres lados – es una población encantadora. De hecho la ciudad ha sido declarada Patrimonio de la Humanidad. Caminar por sus calles es como retroceder en el tiempo. La profusión de fortalezas a lo largo de la capital y sus pueblos aledaños es impresionante. Empezamos la visita por  la Concatedral de San Juan. Su exterior es bastante simple, pero el interior es muy interesante. Cada recodo de sus paredes y techos está cubierto de frescos y de decoraciones de oro. Hay que pagar entrada pero  merece mucho la pena. Una escalera nos llevó a admirar de cerca los frescos.

Desde la catedral bajamos hasta la zona del puerto, que pudimos observar desde las murallas que rodean al parte antigua. Para disfrutar de una de las mejores vistas de La Valeta nos dirigimos a los Jardines Barrakka. Hay dos, los jardines superiores y los inferiores, y ambos tienen una vista panorámica del puerto. Los Jardines superiores están rodeados de arcos y están llenos de flores y esculturas. También allí pudimos ver cómo se disparaba uno de los cañones – se hace dos veces al día – mientras  guías en trajes militares explican el evento. Un impresionante ascensor lleva desde allí al nivel del mar, bajando por todo el costado de la fortificación. Los jardines inferiores, con los mismos arcos y un mini templo de estilo griego, son un poco más tranquilos e igualmente ofrecen vistas preciosas hacia toda la muralla de La Valetta y a las poblaciones de enfrente. Es uno de los lugares con más encanto de la capital. Muy cerca visitamos el antiguo mercado cubierto, un edificio con una preciosa arquitectura de hierro.

Jardines de Barrakka, La Valeta, Malta
                                                                                                                                Jardines de Barrakka

Seguimos paseando hasta llegar a la zona de Fort Elmo, donde hay un bonito fuerte, en el borde de la península, donde hay fabulosas vistas al puerto y al faro. En el espigón del mismo faro hay un paso cubierto por un puente metálico bastante pintoresco. En el propio fuerte hay varias capillas y un museo de la Guerra  pero lo mejor son las vistas desde las murallas. Recorrimos toda la estructura del fuerte, que se conserva prácticamente intacta. De allí nos fuimos a visitar el Palacio del Gran Maestre, ya que sus horarios de visita son limitados. En pleno casco histórico, en una preciosa y monumental plaza,  encontramos este precioso edificio que fue construido como residencia oficial de los maestres de la Orden de los Caballeros Hospitalarios. Nos encantó la decoración de sus estancias, pasillos y techos. También visitamos varias estancias como la Sala del Trono, la Sala de Tapices y la Armería.

Calle de la Valeta, Malta
                                                                          Edificios con sus caraterísticos balcones en la Valeta

Seguimos callejeando por las calles del centro histórico y nos asomamos en diferentes ocasiones desde las murallas al mar tanto por el norte como por el sur. Hay muchos lugares pintorescos. Muchos de los edificios históricos se han convertido en restaurantes, hoteles y cafés. Las callejuelas empedradas con sus tramos de escaleras y balcones de madera nos dejaron estampas inolvidables. Vimos varias iglesias durante el paseo que dimos. La iglesia de los Carmelitas es una iglesia que pasa desapercibida tanto  por dentro como por fuera, pero tiene una impresionante cúpula plateada que es visible desde el mar y preside la Valeta.  Es una de las estampas inolvidables de La Valeta y de Malta en general. Y también mencionar que a lo largo del casco antiguo se suceden las calles empinadas y muchas escaleras. Pero también encontramos el lado más moderno de la capital con construcciones como la nueva Puerta de la Ciudad y el Edificio del Parlamento, dos construcciones modernistas, que contrastan con los edificios clásicos.

Tras comer algo nos decidimos a hacer un pequeño viaje en barco por los alrededores de la Valeta. Todo un acierto porque además de conocer aspectos de la historia de Malta disfrutamos de maravillosas vistas de la ciudad desde todos sus ángulos. Además Las Tres Ciudades por el sur y Sliema por el Norte son como una continuación de la Valeta que hacen que la ciudad  te envuelva por todos los lados. A lo largo de hora y media pudimos ver en una completa excursión todos los recovecos de los dos entrantes de mar que rodean La Valeta por ambos lados.

Vistas de La Valeta desde el mar, Malta
                                                                                                             Vistas de La Valeta desde el mar

Con esto dimos por terminada la visita y nos fuimos a la zona de las Tres Ciudades. Se trata de tres ciudades situadas al sur de La Valeta que en realidad forman un único conglomerado. Nosotros fuimos en coche aunque otra buena opción es tomar un ferry desde la propia Valeta. Llegamos primero a Cospicua, conocida también con el nombre de Bormla. El acceso por una puerta de los bastiones de la ciudad es espectacular. Hay un recinto amurallado impresionante aunque en ocasiones no se ve tan claro como en La Valeta por la presencia de casas. Aparcamos cerca del canal y visitamos la iglesia de la Inmaculada Concepción, una iglesia espectacular por fuera y por dentro. El templo alberga una importante colección de pinturas y obras de arte aunque no es tan grande como la que habíamos vito en la Valeta. Estuvimos paseando por el canal, que es la parte más bonita, rodeado de fantásticos edificios de piedra y enseguida llegamos a la siguiente de las tres ciudades por la parte del puerto: Senglea.

Comenzamos paseando por el canal, continuación del de Cospicua. Siguiendo por el paseo marítimo llegamos al final de la península que ofrece unas vistas maravillosas sobre La Valeta y las otras dos ciudades. Además en el final de la península hay un bastión elevado y amurallado que hace que las vistas sean mejores. Las vistas hacia las fortificaciones de la Valeta y los jardines de Barrakka son espectaculares. Nos metimos por alguna callejuela interior pero no tienen nada que ver con las de la Valeta. Retrocedimos por la orilla este de esta península y cruzamos el primer puente que pudimos para pasar al otro lado, que es ya la ciudad de la Vittoriosa. Caminamos por la avenida que bordea el mar y seguimos hasta el final de esta península. Es un paseo realmente precioso y al final llegamos al Forti Sant’ Anglu. Desde el mirador de la parte superior las vistas son realmente espectaculares hacia todo el entorno de la Valeta.  

Cospicua, Malta
                                                                                                                                                     Cospicua

Estuvimos callejeando por la zona centro de la Vittoriosa y por la orilla este de esa península. Vimos varios edificios interesantes, palacios, iglesias… fue un paseo muy agradable. Aquí terminamos el día y cenamos algo. Nos pasamos el día caminando pero todo el entorno de La Valeta y las Tres Ciudades con sus numerosas fortificaciones es precioso.

DÍA 2:

El segundo día antes de dirigirnos a explorar la costa terminamos de explorar el entorno delas Tres Ciudades. Para ellos nos fuimos hasta el Forti Rikazoli: un impresionante fuerte que ha sido escenario de películas tan conocidas como Gladiador o Troya. Es una lástima que lo tengan cerrado al público y solo se pueden sacar algunas vista de lejos desde la península contigua donde se encuentran unos fabulosos edificios oficiales.  Desde aquí nos fuimos al Hipogeo, un templo subterráneo del 2500 a.C y patrimonio de la Humanidad por la Unesco. Antes de visitar el Hipogeo, vimos un documental donde se cuenta la historia del sitio. El recinto está formado por tres niveles. En el primero vimos varias cuevas naturales bajo tierra. En el segundo nivel vimos las salas más famosas como la sala Principal, la sala Decorada, totalmente circular y la Sancta Sanctorum, con su entrada enmarcada por tres formaciones megalíticas en forma de dolmen encajadas unas en otras. Es un sitio maravilloso y si vas en verano hay que reservar las entradas con antelación aquí, si no es imposible hacer la visita. Es una de las atracciones más visitadas en la isla.

Hipogeo, Malta
                                                                                                                                   Interior del Hipogeo

Y tras esta interesante visita nos fuimos a ver el templo megalítico de Tarxien. Es un recinto bastante pequeño y no tan espectacular como otros que veríamos en días posteriores pero la visita valió la pena. Es de la época del Hipogeo y lo visitamos bastante rápido con ayuda de una guía en papel que te facilitan a la entrada. El templo se divide en dos niveles. Pasamos por una gran pasarela desde donde contemplamos la maciza estructura del templo. En el segundo nivel seguimos un largo pasadizo con dibujos y tallas en roca, réplicas de las originales que han sido trasladadas a museos. El templo se encuentra en una zona no muy bonita del pueblo de Tarxien y está cubierto por una carpa.

Ya desde aquí dejamos la zona urbana de La Valeta y alrededores y nos dispusimos a explorar la costa norte de la isla. La primera parte desde Malta hacia el este no es especialmente bonita, aunque si vimos alguna capilla y alguna torre costera. Llegamos a la localidad de Wied il-Għajn en una bonita ensenada rodeada de edificios blancos con alguna torre de iglesia dándole un bonito toque a la estampa. Pasado San Tumas llegamos a una zona de costa donde se suceden bonitas y pequeñas bahías. Llegamos hasta la punta de Ras il-Fniek, donde hay buenas vistas desde uno acantilados blanquecinos tan típicos de Malta. Hay varias zonas desde donde sacar preciosas fotos recorriendo la costa.

St Peter's Pool, Malta
                                                                                                                                            St Peter's Pool

Llegamos a St Peter’s Pool, una cala de roca donde los acantilados han esculpido preciosas formas y cobijan una bahía de aguas azuladas donde nos dimos nuestro primer baño en la isla. Se accede al agua desde las terrazas que forman los acantilados. Hay hasta escaleras como las de las piscinas para acceder al agua. Y caminando por la zona inferior de los acantilados vimos una zona donde la erosión ha dejado algunas rocas aisladas elevándose sobre la costa rocosa con curiosas formas. Es un paisaje con mucho encanto. Así seguimos recorriendo la costa con un paisaje muy similar hasta llegar a la bahía de Il-Kalanka. Otra pequeña bahía rocosa similar a la que habíamos visto anteriormente, con aguas cristalinas y accesos al mar para bañarse en diferentes puntos.

Marsaxlokk, Malta
                                                                                                                                                 Marsaxlokk

Al final de la península encontramos unas formaciones  rocosas muy curiosas, con unas piscinas en la roca de formas cuadrangulares que parecen pertenecer a antiguas salinas. En la parte superior del acantilado hay varios restos de fortificaciones pero que pierden algo de encanto porque hacia el otro lado de la península hay unas instalaciones industriales bastante grandes que afean mucho el paisaje. Acabamos el día en Marsaxlokk, un precioso pueblo pesquero. Es un pueblo conocido aparte de su belleza porque de aquí salen las góndolas utilizadas para la pesca en todo el archipiélago. Estuvimos paseando por las callejuelas, que son realmente bonitas y por el precioso paseo marítimo donde vimos las numerosas barquitas de pescadores amarradas en los muelles. La iglesia del pueblo con su bonita cúpula se encuentra también en la zona del puerto. Desde el espigón del puerto la vista es preciosa. Estuvimos callejeando por el pueblo que es bastante grande y llegamos hasta la torre de San Lucjan, una enorme torre con vistas hacia el mar y el pueblo aunque también hacia las instalaciones portuarias del puerto de Malta. Cenamos algo en el pueblo, que es famoso por tener el mejor marisco de la isla, y después nos fuimos hasta nuestro alojamiento.

DÍA 3:

Empezamos el nuevo día donde lo habíamos dejado, muy cerquita de Marsaxlokk, en el pueblo de Birzebugga. Es un pueblo costero pero más industrial ya que su puerto es el principal puerto de mercancías de Malta. La arquitectura del pueblo es muy parecida a la de Marsaxlokk, con su iglesia que domina las casas bajas de colores ocres. Aunque no tiene el mismo atractivo sí que dimos un buen paseo por el paseo marítimo. Lo malo es que del otro lado tenemos las grúas del puerto comercial afeando las vistas. Se ve que Birzebbuga es mucho menos turística y es un pueblo más del día a día de la isla. Así que tras el paseo no nos entretuvimos mucho y seguimos por la costa.

Blue Grotto, Malta
                                                                                                                                                  Blue Grotto

Tras sortear el aeropuerto retomamos la costa, compuesta por acantilados donde paramos varias veces a disfrutar de las vistas. Llegamos a la Blue Grotto, una zona de cuevas marinas en los acantilados realmente espectacular. Estas cuevas rocosas en los acantilados se visitan principalmente desde el mar, aunque desde la parte alta de los acantilados hay unas vistas preciosas desde varios miradores. Llegamos un poco antes del mediodía, ya que recomiendan visitar las cuevas por la mañana pues es cuando el sol proyecta los tonos azules sobre la roca y el espectáculo es aún mayor. Para visitarlo tomamos una pequeña barca en un entrante de la costa muy cercano que en 20 minutos nos llevó a las cuevas y después allí hace un recorrido por las mismas. Pasamos por cuevas muy estrechas preciosas y la duración de la visita una es de 1 hora, que se pasa enseguida porque la belleza del lugar es sobrecogedora. De las atracciones naturales es probablemente la que más gustó de toda la isla.

Siguiendo nuestro recorrido pasamos por los templos de Ħaġar Qim, declarados Patrimonio de la Humanidad por la Unesco y que se encuentran en la cima de una colina muy cercana a la costa. Tras ver un pequeño video sobre la historia de los templos y su significado, hicimos la visita pasando por el templo principal y tras un corto sendero, llegamos a las otras construcciones megalíticas. El trayecto es corto y los templos no muy grandes, pero además de los templos las vistas hacia el mar y los acantilados son preciosas.  El templo principal está formado por una entrada exterior que conecta con varias habitaciones. Todo el complejo está rodeado de unas pintorescas grandes piedras verticales. Los dos complejos de templos – en realidad el más cercano a la costa se llama Mnajdra – son preciosos, también acompañados por el paisaje. Exploramos un poco los acantilados cercanos donde hay una torre de vigilancia – aquí son cuadradas no como las corsas o españolas – y hasta vimos un pequeño arco de piedra en el mar junto a un par de cuevas más sencillas que las de Blue Grotto. Un paisaje sin duda maravilloso.

Xaqqa Cliffs, Malta
                                                                                                                                                 Blue Grotto

Siguiendo hacia el oeste encontramos la pequeña bahía de Ghar Lapsi, otro bonito paisaje costero con sus acantilados y un pequeño puerto con las barquitas tradicionales. En las cercanías se levanta otra de las torres de vigilancia con el mismo nombre: Ghar Lapsi. Unas pequeñas cuevas en el mar completan el paisaje en el bonito paraje. Y un poco más adelante empieza una de las secciones de costa acantilada más bonita de Malta. Los primeros son los acantilados de Xaqqa, donde un mirador nos da vistas a una preciosa isla alargada en una pequeña bahía. A partir de ahí se levanta una pared de acantilados, y para explorar esta zona nos desplazamos por carreteras secundarias, lo más pegadas a la costa posible. Pasamos por varias capillas y paramos en varios sitios para disfrutar de las vistas.

Dingli Cliffs, Malta
                                                                                                                                                 Dingli Cliffs

Y siguiendo por la costa llegamos al tramo de acantilados conocidos como acantilados de Dingli. Estos son todavía más espectaculares porque la altura que alcanzan llega a ser enorme, de hasta 250 metros sobre el nivel del mar. Son auténticos monumentos naturales. La carretera se pega aquí a los acantilados y nos ofrece unas maravillosas vistas desde un par de miradores, siendo el más bonito el de la capilla de Santa María Magdalena que nos ofrece las vistas más típicas de los acantilados, las que podemos encontrar en muchas guías de turismo. Justo allí se ve un radar situado en las cercanías, con su característica esfera blanca.

Más al oeste paramos ya en Ras id-Dawwara  , una preciosa bahía al final del gran tramo de acantilados. De hecho el coche lo tuvimos que dejar en una carretera de tierra y grava y nos acercamos andando. Un verdadero placer caminar por esta zona. El litoral maltés es rocoso, árido, pero en esta zona es muy pintoresco y es un lugar muy agradable para caminar sobre todo cuando no pega el sol demasiado fuerte. Desde allí volvimos a nuestro alojamiento donde cenamos algo.

DÍA 4:

Empezamos el nuevo día visitando Rabat, una ciudad construida por los árabes. Aquí hicimos varias visitas. Lo primero que hicimos fue dirigirnos a las Catacumbas de St. Paul y St. Agatha, realmente impresionantes. Ámbas se conservan en muy buenas condiciones. Las de St Paul albergan más de 30 hipogeos en dos grandes áreas y las de Santa Agatha son mucho más grandes. De hecho su interior alberga una hermosa basílica. La visita sólo recorre una pequeña parte de las catacumbas pero la visita es sobrecogedora. Realmente merece mucho la pena visitarlas. Con la entrada a las catacumbas de St Paul nos dieron una entrada para la Domus Romana, una bonita residencia romana con un precioso mosaico y unas estatuas bastante decentes.

Rabat, Malta
                                                                                                                                                           Rabat

Salimos de las catacumbas y la mansión romana y dimos un paseo por las calles de Rabat, donde vimos muchos altares de  santos en las esquinas de las callejuelas. Y así, callejeando llegamos a la iglesia de St. Paul, construida encima de la gruta del mismo nombre, donde se supone que se refugió San Pablo tras un naufragio. La iglesia no es muy bonita por fuera pero si tiene varias obras de arte que merece la pena ver. Con la entrada pudimos ver la gruta y un museo anexo que pasamos rápidamente ya que la parte más interesante son las catacumbas.

Tras esta visita retomamos nuestro recorrido por la costa y llegamos a una de las bahías más bonitas de Malta: la bahía de Fomm Ir-Rih que se encuentra cerca de Bahrija y alberga la playa más aislada y salvaje de Malta. La playa es de guijarros y ofrece fantásticas vistas de acantilados y el azul profundo del mar. La única pega es que la forma de bajar a la bahía de Fomm Ir-Rih es a través de un camino complicado y bastante empinado y resbaladizo que nos llevó alrededor de 20 minutos. Sin embargó mereció la pena. Desde los acantilado donde dejamos el coche las vistas son preciosas. Aprovechamos para bañarnos y seguimos avanzando por la costa.

Fomm Ir-Rih, Malta
                                                                                                                                Bahía de Fomm Ir-Rih

Paramos en la meseta de Ta-marija, una zona elevada con vistas preciosas en ambas direcciones. El acceso hasta aquí lo hicimos a través de una carretera estrecha y tuvimos que caminar un poco para llegar a la parte superior. Desde allí vimos nuestro próximo destino, la bahía de Ġnejna .Ubicada en la parte occidental de la isla, es una playa de arena bastante aislada y muy tranquila. La playa está rodeada de laderas de arcilla y acantilados de piedra caliza. El paisaje es de los más bonitos de la costa maltesa. El único acceso a la bahía es a través de una carretera empinada y sinuosa que desciende por el valle. En uno de los lados de la playa hay unas pequeñas construcciones muy pintorescas con pequeños espigones. Y en el otro lado encima de los acantilados se distingue otra torre de vigilancia. Tras ver la playa subimos hasta ella para disfrutar de una maravillosa vista sobre la playa y de un pequeño cabo, Għajn Tuffieħa, hacia el otro lado.

Popeye Village, Malta
                                                                                                                                           Popeye Village

Precisamente allí nos dirigimos después en  coche. Bajamos a la playa de Għajn Tuffieħa, y subimos al pequeño cabo en uno de sus extremos para disfrutar de unas fabulosas vistas. Hacia uno de los lados se extienden unos acantilados grisáceos muy pintorescos. En el otro extremo de la playa subimos a otra torre de vigilancia con preciosas vistas de nuevo, y es que toda esta zona dela  costa es preciosa. Más adelante llegamos a la Gold Bay, una playa de arena muy turística con unos importantes complejos hoteleros, que no habíamos visto hasta entonces en la isla. La bahía con la arena dorada y el agua cristalina es muy bonita aunque distinta de todo lo que habíamos visto hasta ese momento.  Seguimos en coche por la costa e hicimos un pequeño sendero hasta la punta de Mellieħa, una zona aislada y con fabulosas vistas de toda la costa.

Pasando por otra torre costera más llegamos a la Popeye Village, un pequeño pueblo usado como decorado en una película de Popeye y que es realmente encantador. Hay varias atracciones para los más pequeños pero nosotros nos conformamos con la idílica vista desde los acantilados. La villa parece sacada realmente de un cuento con las casas de dibujos animados y con su ubicación realmente pintoresca. No es demasiado grande pero si alberga una buena colección de edificios. Terminamos el día desde otro cabo en la zona oeste de la isla donde se encuentra una estación de radar. Dimos un paseo disfrutando de las vistas hasta que anocheció. Lo bueno de la isla es que al ser pequeña en menos de una hora te mueves de un sitio a otro y así llegamos a nuestro alojamiento donde cenamos.

DÍA 5:

Al día siguiente comenzamos el día visitando Paradise Bay, una bonita playa de arena bajo los acantilados blanquecinos. La vista desde la parte superior es preciosa. Es una cala pequeña pero  con cierta infraestructura hotelera en los alrededores.  Esta zona de la costa, en el extremo noroeste no es muy interesante, pero llegamos a la Coral Lagoon, una cueva marina abierta por arriba en las rocas de los acantilados creando una enorme piscina de aguas azuladas. Se trata en realidad de una cueva cuyo techo ha colapsado y ha dejado un enorme agujero con forma redondeada en las rocas de los acantilados. Aunque había gente que se lanzaba al agua desde arriba – unos 7 metros de caída – la mejor manera es llegar desde la playa cercana de Coral Lagoon o bien desde alguna zona baja de rocas. El acceso no es sencillo sin embargo, a no ser que te acerques en piragua.

Coral Lagoon, Malta
                                                                                                                                              Coral Lagoon

Después de ver la cueva nos acercamos a la pintoresca bahía y playa de Għadira Bay. Es una preciosa playa de aguas transparentes y donde hay que caminar mucho  para que te cubra algo. Nos dimos un baño y después nos acercamos a una pequeña bahía en uno de  los laterales, Ta' l-Imgharqa, donde además de la bonita bahía hay una construcción de la segunda guerra mundial en uno de los extremos. Un poco más adelante en dirección a La Valeta, hicimos una ruta de senderismo hasta la preciosa bahía de Imgiebah. En uno de los extremos se levanta una torre – allí fuimos en coche después – desde donde se divisa una fabulosa vista en ambas direcciones y sobre la playa. El entorno dela playa además de precioso es completamente salvaje.

Bahía de Imgiebah, Malta
                                                                                                                                      Bahía de Imgiebah

Esta sección de costa es muy bonita y muy cerca de allí nos fuimos caminando hasta  la punta de Blata il-Bajda, donde desde los restos de unas antiguas salinas en la roca hay bonitas vistas a un islote muy cercano en el mar. Caminando por la costa disfrutando del paisaje llegamos a la otra vertiente de este cabo, donde se encuentra la batería Mistra. Desde aquí ya hay vistas hacia núcleos urbanos bastante extensos por lo que la sensación de estar en una isla salvaje se desvaneció desde aquí. No obstante las vistas siguen siendo muy bonitas. Cogimos el coche y pasamos por el palacio de Selmun, un rotundo fuerte cuadrangular, aunque en un lugar no demasiado pintoresco.

Aunque a partir de aquí se suceden las urbanizaciones y hoteles encontramos un rincón que nos gustó  bastante, la playa de Qawra. En realidad es una zona rocosa que da paso a una pequeña península también rocosa que tiene cierto encanto. Hay una piscina natural enorme que se llena con agua de mar y aprovechamos para darnos un chapuzón. A pesar de ser natural sobre la propia roca, está perfectamente habilitada con escaleras para acceder al agua.

Y ya desde aquí nos fuimos a Sliema, el lugar donde nos alojábamos pero que solo habíamos visto por encima, al cenar algunos  días o de paso. Sliema, junto a St Julian forman un único núcleo urbano frente a la capital, la Valeta. Son de hecho una zona muy animada, comercial y la principal zona de ocio de Malta. Paramos primero en el puerto deportivo de Portomaso, una zona muy bonita, moderna y muy agradable para pasear. Es una zona muy lujosa. Desde allí caminamos hasta la bahía de Spinola, donde hay  una colección de edificios más corrientes en sus orillas, pero igualmente interesante. Paseamos por todo el borde de la bahía, a lo largo de un recorrido muy agradable con buenas vistas. Ya en coche seguimos por la costa y paramos en la zona de Font Għadir, dnde hay unos preciosos baños en el mar, una serie de piscinas naturales perfectamente habilitadas. Paramos también en el Fuerte Tigné, en la punta de una península con fabulosas vistas hacia la Valletta.

Sliema, Malta
                                                                                                                                                         Sliema

Ya en la zona centro de Sliema nos dedicamos a recorrer su paseo marítimo, llamado The Ferries, que da hacia una isla, la isla Manoel y hacia la capital, La Valeta. Es una zona muy animada con todo tipo de restaurantes y comercios. Las calles del interior no tienen demasiado interés. Esta es una zona turística para pasear, cenar, tomar algo…. Y aquí terminamos el día.

DÍA 6:

Madrugamos para coger el primer ferry a Comino, una pequeña isla entre Malta y Gozo. El ferry nos dejó en el principal punto de atención de esta pequeña isla, la Laguna Azul. Es una pequeña bahía entre la isla de Comino y un pequeño islote justo enfrente. Entre el islote y Comino se forma una zona de baño fabulosa con aguas azules turquesas y totalmente cristalinas. Es un lugar precioso aunque con mucha gente en verano. En realidad sólo hay una pequeña lengua de arena para unas pocas toallas pero la gente según iba llegando en los diferentes ferries se iba acomodando en las laderas rocosas que dan a la bonita laguna. Estuvimos paseando por todos los lados para disfrutar de diferentes perspectivas.

Laguna Azul en Comino, Malta
                                                                                                                            Laguna Azul en Comino

Hicimos una ruta atravesando la isla hasta el norte del islote con vistas fabulosas hacia la isla de Gozo que visitaríamos el día siguiente. Pasamos por una pequeña y bonita capilla y llegamos a la playa de Santa Maria. Y un poco más al norte llegamos a otra zona de acantilados con cuevas marinas similares a las que ya habíamos visto en Malta. Vimos desde los acantilados los preciosos paisajes delas cuevas de Julia y Santa Maria. Hay excursiones en barco para visitar esta zona pero no teníamos tiempo así que nos conformamos con caminar por la isla y disfrutar del buen tiempo y los paisajes. Cruzamos de nuevo la isla hasta la costa sur donde disfrutamos de más vistas desde la laguna Crystal, otro precioso lugar con vistas a un par de islotes cercanos.  Y caminamos hasta la torre de Santa Maria sobre un promontorio cercano. Todo lo que caminamos por la isla fue realmente maravilloso. Volvimos a la Laguna Azul y mientras esperábamos al ferry de vuelta aprovechamos para darnos un fabuloso baño  en sus cristalinas aguas.

Crystal Lagoon, Malta
                                                                                                                                           Crystal Lagoon

Tras volver a la isla de Malta visitamos Mdina, la que a priori era la ciudad más interesante de Malta después de la  capital. Mdina fue la antigua capital del país y está junto a Rabat, pero no llegamos a visitarla el día que paramos por aquí. Aparcamos justo al lado de la ciudadela, y entramos en la ciudad por una gran puerta de la muralla. Esta muralla se ha utilizado en el rodaje de Juego de Tronos. La ciudadela de Mdina es bastante pequeña por lo que se recorre muy a gusto  caminando. Las callejuelas en el interior de la ciudadela son preciosas, muy bien conservadas y con deliciosos edificios de color ocre. Encontramos bonitas plazas, callejuelas y muchos edificios preciosos, que parecían varados en el tiempo.

Mdina, Malta
                                                                                                                                                           Mdina

Llegamos callejeando a la plaza de San Pawl, donde encontramos el monumento más importante de Mdina, la Catedral de San Pablo. Para visitarla tuvimos que pagar una entrada aunque no muy alta. El interior de la iglesia tiene bastantes frescos y unas coloristas lápidas en el suelo pertenecientes a nobles de la isla. También visitamos el museo de la catedral – incluido en la entrada – aunque aparte de alguna pieza de interés poco pudimos ver allí. Salimos dela catedral y seguimos paseando por las callejas, perfectamente conservadas y plagadas de palecetes. Pasamos también por la iglesia de la Anunciación, con un curioso interior ovalado. La plaza de Mesquita es otro de los rincones más fabulosos de la ciudad. Pasear por estas calles es una delicia, y la verdad es que esta ciudad cumplió con todas nuestras expectativas. Desde la parte norte de las murallas hay muy buenas vistas sobre el campo circundante y hacia las poblaciones vecinas. Incluso se llega a ver el mar. Ya abandonando en coche la ciudad paramos en la propia carretera para sacar una foto de la maravillosa estampa de los muros de la ciudadela con la cúpula de la catedral y los edificios sobresaliendo por encima.

Mosta, Malta
                                                                                                                                 La Rotonda de Mosta

Tras la visita nos fuimos hasta Mosta, cuyo principal punto de interés es la iglesia de Nuestra Señora de la Asunción, a la que se conoce como Rotunda por su gran cúpula circular, realmente espectacular. El interior no es menos interesante, con la enorme cúpula circular obre un fabuloso espacio ricamente decorado. Como curiosidad vimos una réplica de una bomba que cayó en la iglesia durante la guerra y que no explotó. La fachada del edificio es neoclásica, con sus columnas jónicas, y adornada con varias estatuas de santos. La cúpula de la iglesia es realmente impresionante, cuando llegábamos por la carretera se veía perfectamente como sobresale por encima de todas las casas. Tras visitar la iglesia dimos una vuelta por los alrededores pero la verdad es que tampoco daba para mucho. Así que como ya era tarde regresamos a Sliema para cenar y descansar.

DÍA 7:

Dejamos Sliema temprano para dirigirnos a Gozo, la isla más grande de las que rodean Malta. Allí pasamos los dos últimos días de nuestro viaje. En media hora el ferry te deja en Gozo y lo primero que hicimos fue desplazarnos hacia el Norte para ver la playa de San Blas. Habíamos leído que era una de las más bonitas de la isla aunque nos decepcionó bastante. Para llegar hay que bajar por un camino bastante empinado y la playa es bastante pequeña aunque es verdad que el agua cristalina no faltaba.

Vista de Ramla desde Tal-Mixta, Malta
                                                                                                                Vista de Ramla desde Tal-Mixta

Desde allí nos dirigimos a la playa de Ramla pero antes paramos en un fabuloso mirador hacia la misma. La cueva de Tal-Mixta, una preciosa cueva en la ladera de la montaña desde donde hay una vista espectacular de la playa. Tras las vistas bajamos a la arena y nos dimos un chapuzón, esta vez sí en una playa maravillosa. El color de la arena es un tanto rojizo por lo que a la playa se la conoce como Playa Naranja. Tras la playa fuimos a visitar el pequeño pueblo costero de Marsalforn. Es un pueblo con construcciones modernas en torno a una bonita bahía. Paseamos por las orillas de la bahía y nos fuimos a ver las Salinas. Se encuentran al oeste del pueblo en una pequeña península al final de la cual se ven las pequeñas piscinas rectangulares que en su día fueron unas antiguas salinas. Es un lugar precioso por las vistas  y por las propias salinas. Pero esas que vimos fueron solo una pequeña muestra de las que vimos un poco más adelante en la misma carretera. El paisaje con las pequeñas pozas junto al mar es espectacular. Se extienden a lo largo de medio kilómetro y son una verdadera gozada para sacar fotos.

Wied Il-Għasri, Malta
                                                                                                                                             Wied Il-Għasri

Siguiendo por la costa llegamos a ver alguna cueva marina y más salinas. En una de las cuevas, la de Billingshurst unas escaleras permiten bajar a la parte inferior de los acantilados para ver la cueva. Fuimos parando varias veces para disfrutar de las vistas de este bonito tramo de costa. Así llegamos a Wied Il-Għasri, un espectacular fiordo que se adentra en las rocas del acantilado para acabar en una pequeña cala de piedras. Es realmente bonito porque fuimos andando por sus bordes y como es muy estrecho y sinuoso es una vista fenomenal. Tras otro bonito tramo de costa donde paramos para ver alguna cueva más llegamos a la ventana de Wied il-Mielaħ, un arco formado por los acantilados sobre el mar realmente maravilloso. Se puede caminar por su parte superior y disfrutar de la formación rocosa tranquilamente. Además desde que la Ventana Azul, otro famoso arco de piedra de mayores dimensiones que colapsó en 2017, ha desaparecido, este se ha convertido en una de las grandes atracciones de  la isla.

Wied il-Mielaħ, Malta
                                                                                                                                             Wied il-Mielaħ

Seguimos por la costa haciendo alguna que otra parada en la fabulosa costa acantilada y llegamos al lugar donde estuvo la Ventana Azul, un arco de los acantilados que desgraciadamente desapareció  en 2017 como comentábamos. No obstante el lugar donde estuvo es precioso, es una zona muy abrupta con los acantilados creando unas formas preciosas. Estuvimos caminando por todos los alrededores del antiguo emplazamiento de la Ventana disfrutando de la costa, y sus entrantes y salientes. Allí lo que si queda es el Blue Hole, una piscina natural en la base de los acantilados de aguas extremadamente cristalinas donde la gente se baña. También subimos caminando hasta una torre, la de Dwejra, con bonitas vistas de la zona dela costa que acabábamos de explorar. Otra curiosidad de la zona es la existencia de un túnel bajo los acantilados que lleva agua del mar a una pequeña laguna con sus acantilados donde hay unas casitas para las embarcaciones preciosas. Es otro lugar que merece la pena visitar, y está muy cerca del aparcamiento de la Ventana Azul.  La bahía de Dwejra, a los pies de la torre, y cerrada por un pintoresco islote es otro delos lugares por los que estuvimos paseando.

Vistas en los alrededores de la desaparecida Ventana Azul, Malta
                                                                 Vistas en los alrededores de la desaparecida Ventana Azul

Y para finalizar este primer día en la isla, llegamos hasta la punta de Ras il-Wardija, donde en una cueva artificial alberga lo que se cree que era un santuario religioso fenicio. Aparte del lugar que es de visita libre, el paisaje merece la pena por lo que es recomendable pasarse por aquí. Las vistas desde lo alto del acantilado son preciosas y abarcan una buena parte de la costa de la isla. Ya sin luz dejamos nuestro recorrido aquí y nos dirigimos a Victoria, la principal ciudad de la isla donde cenamos algo rápido y nos alojamos esa noche.

DÍA 8:

Empezamos el último día haciendo algunas visitas en el interior de la isla.  Primero nos dirigimos a la Basílica de la Virgen de Ta 'Pinu, el mayor centro de peregrinación de todo el archipiélago de Malta. Es una iglesia majestuosa, no especialmente grande pero muy bonita. En la explanada que da acceso a la  misma vimos un sencillo jardín con imágenes de personajes con los trajes típicos de la zona. Lo más llamativo del exterior dela iglesia es la torre del campanario de 61 metros de altura. En el interior hay varios mosaicos y preciosas vidrieras. Tras visitar el interior subimos el vía crucis en la cercana Colina de Ghammar donde hay catorce estatuas de mármol que llevan a la cima con amplias vista de la región, hasta el mar.

Basílica de la Virgen de Ta 'Pinu, Malta
                                                                                                              Basílica de la Virgen de Ta 'Pinu

Desde allí nos fuimos a ver los templos de Ġgantija, junto con Hagar Qim, los templos más antiguos del mundo, anteriores a otras grandes construcciones como las Pirámides de Egipto. Los templos están formados por unas losas enormes. Algunos de estos megalitos superan los cinco metros de longitud. Aunque no tan espectaculares como los de Hagar Qim, hay diferentes grabados y el conjunto merece la pena, de hecho es la principal atracción de Gozo ahora que no está la Ventana Azul. Los templos tienen una gran terraza en la parte delantera y se accede a los mismos a través de unas pasarelas para no dañar las piedras que los forman. Después de los templos visitamos el molino de Ta Kola, que va incluido con la entrada a los templos. En el molino hay una exposición sobre la vida en el molino en la antigüedad mostrándonos habitaciones y útiles propios de la época.

Victoria, Gozo, Malta
                                                                                                                                                        Victoria

Tras estas dos visitas nos fuimos a Victoria donde nos habíamos alojado esta noche. La principal atracción de Victoria es la Ciudadela, en el centro de la ciudad. En su interior visitamos su perímetro amurallado, desde donde hay grandes vistas de toda la isla, ya que la ciudadela se encuentra en una colina elevada. Callejeamos por su interior y llegamos a la Catedral. Entramos y pudimos ver unos bonitos frescos en el techo. Otros edificios notables son la antigua prisión, hoy convertida en sala de exposiciones y el palacio de Justicia de Gozo. La mayoría del recinto son ruinas aparte de los edificios mencionados y alguno otro que se conserva completo. Sin embargo las ruinas son muy ricas y están bien conservadas por lo que es una gozada caminar por las callejuelas y asomarse a las murallas de vez en cuando. La estampa de la ciudadela con sus robustas murallas es impresionante cuando se ve desde abajo, desde la parte vieja del pueblo.

Fuera de la ciudadela, la parte vieja es también bastante interesante. La plaza donde se encuentra la Basílica de San Jorge es realmente preciosa, así como la propia basílica. La Plaza de la Independencia y las calles aledañas son bastante pintorescas por lo que estuvimos dando un paseo por esta zona de bares y comercios.

Bahía de Xlendi
                                                                                                                                          Bahía de Xlendi

Desde Victoria fuimos a la bahía de Xlendi, un precioso entrante del mar que acaba en una pequeña paya completamente rodeada de edificios y bares a ras de mar. Es un lugar muy urbanizado pero realmente bonito y pintoresco. Un bonito paseo nos lleva a una torre de vigilancia al final del pequeño fiordo. En el lado contrario del fiordo subimos como pudimos a la zona superior del acantilado porque la vista de la bahía desde esa posición es realmente preciosa. Tomamos la carretera en dirección al puerto del ferry y paramos en la parte superior de los acantilados en un mirador para disfrutar de los preciosos acantilados blancos. Paramos después en lo acantilados de Ta' Ċenċ, otra sección fabulosa de los acantilados. Nuestra última parada fue otra pequeña playa en un entrante de los acantilados a modo de estrecho fiordo: Mġarr ix-Xini. Otro lugar precioso de la costa de la isla. Ya llegando al puerto vimos en un cerro cercano a la costa un fuerte, el Fort Chambray, una última imagen pintoresca que nos llevamos de la isla de Gozo.

Y así llegamos al puerto, donde esperamos a la llegada del ferry que nos llevó de vuelta a la isla principal de Malta. Allí nos volvimos a alojar en Sliema, para al día siguiente a primera hora desplazarnos al aeropuerto y volver a casa. Como resumen, Malta es una isla muy bonita, que aunque no tiene un paisaje espectacular o unos pueblos maravillosos como  otras islas del Mediterráneo, es un destino muy recomendable para pasar unos días y conocerla.

Lugares de interés: