Brujas, una ciudad medieval de cuento

Brujas es una de las ciudades más bonitas del norte de Europa y una de las ciudades medievales mejor conservadas del mundo. Todo el centro histórico está rodeado por un canal y diversos canales secundarios lo atraviesan, bañando los edificios medievales que alberga la ciudad y creando rincones de ensueño. Su centro histórico es además patrimonio mundial de la Humanidad. Razones más que de sobra para hacer una escapada a esta preciosa ciudad belga.

DÍA 1:

Un buen lugar para comenzar la visita es la Plaza Markt, el centro neurálgico del casco antiguo y donde recalaríamos varias veces a lo largo de la visita a Brujas. La plaza está presidida por el precioso y altísimo campanario Belfort, de 83 metros de altura. Subimos hasta arriba para disfrutar de unas preciosas vistas dela ciudad. Eso sí, no hay ascensor y hay que subir andando una interminable sucesión de escaleras. Pero las vistas desde arriba merecen la pena. En la plaza hay además de muchas casas preciosas, con el típico tejado en escalera de estas latitudes. Otro edificio destacado en la plaza es el Palacio de las Provincias. Se trata de otro impresionante edificio con  numerosas torrecillas decoradas. En el centro de la plaza hay un monumento adornado con diferentes escudos. Las casas de los antiguos gremios, cada una con su historia y con los emblemas identificativos de su actividad, forman uno de los laterales de la plaza. Esta plaza es de las más bonitas que hay en Europa, y te puedes pasar mucho tiempo contemplando los edificios que la rodean, a cada cual más bello. Por la noche también merece la pena acercarse a la plaza porque la iluminación de los edificios le da un encanto especial. Por cierto que si te apetece, hay coches de caballos en la plaza que te pueden llevar por las zonas más turísticas.

Plaza Markt
                                                                                                                                               Plaza Markt

Desde la plaza, una corta calle, Breidelstraat, nos lleva a una segunda plaza, la Plaza Burg, donde está el imponente edificio del Stadhuis (Ayuntamiento). Aquí se puede entrar a ver la sala gótica, un salón con una decoración realmente espectacular.  Y junto al ayuntamiento encontramos la Basílica de la Santa Sangre, famosa por una reliquia con la sangre de Cristo de la época de las cruzadas. Es un maravilloso edificio ejemplo de gótico tardío con indicios renacentistas. También encontramos aquí el Brugse Vrije (Franconato de Brujas), donde se encontraban los antiguos Tribunales de Justicia. En definitiva otra preciosa plaza formada por espectaculares edificios.

Plaza Burg
                                                                                                                                                Plaza Burg

Atravesamos el Ayuntamiento  por un pasadizo y llegamos a un canal que cruzamos por un puente, una zona muy pintoresca, donde no paramos de sacar fotos.  Es el  Huidenvettersplein Tras cruzar el canal nos topamos con el Vismarkt, el mercado de pescado. Es un  edificio bajo en forma rectangular soportado por numerosas columnas. Tras  cruzar el puente giramos a la izquierda y seguimos la calle hasta que llegamos de nuevo al canal, en el cruce de las calles Braambergstraat y Pandreitje. Este es uno de los lugares más fotografiados de Brujas, el conocido muelle de Rozenhoedkaai. Es un lugar precioso, con el  canal Dijver  - el más bonito de Brujas - haciendo una L en con unas preciosas casas enfrente, la torre de Belfort de fondo y un embarcadero de madera a nuestros pies. Un lugar de postal. Seguimos por la calle de  Braambergstraat siguiendo el canal hasta llegar a un puente con una preciosa estatua de San Juan Nepomuceno.  Dejando de largo el puente se ve al otro lado del canal un edificio  con unas figuras en las ventanas y debajo otro embarcadero.

Rozenhoedkaai
                                                                                                                                        Rozenhoedkaai

Aquí el canal desaparece debajo de las casas y nos metemos en una placita preciosa con alguna estatua y unas columnas que tiene espectaculares vistas a la fabulosa iglesia de Nuestra Señora - Onze Lieve Vrouw –. Es un rincón maravilloso y atravesando la plaza llegamos al puente de Bonifacio desde donde hay vistas preciosas al canal. En este punto se ve que las casas son más antiguas y más bajas, pero igualmente pintorescas. Si tuviese que quedarme con un rincón de Brujas – yeso que hay muchos – éste sería mi preferido sin duda. Pasamos por debajo de un arco y llegamos a la entrada de la iglesia. Visitamos el interior donde hay varias  capillas, algunas tumbas y muchas obras de  arte. En frente de la iglesia se encuentra el antiguo hospital de San Juan que hoy en día alberga un museo de arte. Justo al lado del hospital un nuevo puente nos permite vistas preciosas del edificio del hospital y los alrededores.

Puente de Bonifacio
                                                                                                                                Puente de Bonifacio

Bajamos por la calle Katelijnestraat muy animada con todo tipo de comercios y establecimientos y giramos en Walstraat hasta llegar a una bonita plaza con edificios típicos. Salimos por el extremo sur y nos acercamos al Begijnhof – el Beaterio - , una antigua residencia de mujeres donde hoy viven monjas y hay un museo precioso que ilustra la vida hace unos siglos. Lo visitamos bastante rápido y la verdad es que mereció la pena. Las estancias están muy cuidadas y hay todo tipo de detalles. Se accede por un puente sobre el canal que también nos ofrece buenas vistas. Y un poco más al sur en el siguiente puente sobre el canal llegamos a un parque, el Minnewaterpark, donde hay un bonito edificio en la esclusa, la torre de la Pólvora y un par de puentes con vistas muy bucólicas. Este parque es un remanso de paz en la ajetreada Brujas, que estaba bastante ocupada por turistas. Según los folletos de la oficina de turismo, es el lugar más romántico de la  ciudad. La verdad es que está bien pero hay sitios mucho más bonitos. Habíamos aprovechado a coger algo de comida en un establecimiento cercano y comimos aquí tranquilamente.

Minnewaterpark
                                                                                                                                       Minnewaterpark

Salimos del parque por el oeste y llegamos tras atravesar otro parque a una explanada – Het  Zand - donde hay una enorme parada de autobuses. Aquí hay un edificio rojo enorme que es una sala de  conciertos y junto  a él una fuente profusamente decorada con esculturas. Éste es otro de los puntos de acceso importantes al casco antiguo. Nos alejamos por  Smedenstraat de la zona vieja y llegamos a ver la puerta de Smedenpoort, una de las antiguas puertas de entrada a la ciudad. Esta calle sin ser muy monumental ya tiene una buena colección de casitas bajas típicas. Desde allí nos adentramos de nuevo  en el casco por la calle Noordzandstraat, donde hay más casas pintorescas hasta llegar a la plaza del Stadsschouwburg, el teatro de Brujas. Es un edificio con una fachada bonita. Cerca de allí está otra fabulosa iglesia, la iglesia católica Sint Jacobskerk. Callejeamos un rato por la zona y acabamos desembocando en la plaza Jan Van Eyck, una preciosa plaza con bonitos edificios, situada algo más al este y donde empieza un canal. Seguimos por este canal hasta su intersección con otro en una bonita confluencia. Este canal y esta zona de la ciudad son mucho  más tranquilos, sin turistas y mucho más residencial. Hay muchas casas bonitas pero sin el encanto de otras zonas. En uno de los puentes, el puente Koningsbrug, hay buenas vistas en ambos sentidos. Desde la confluencia de canales descendimos por Sint-Annarei siguiendo el canal  hacia el sur y de vez en cuando haciendo alguna incursión para ver alguna iglesia o edifico pintoresco, como la bonita iglesia de Sint-Annakerk.

Plaza Jan Van Eyck desde Koningsbrug
                                                                                              Plaza Jan Van Eyck desde Koningsbrug

Desde allí llegamos a Hooogstrat y la zona más céntrica de nuevo. Recorrimos el canal Groenerei hasta llegar al pasadizo del ayuntamiento que ya habíamos visto por la mañana. Las vistas desde el puente Meestraat son también preciosas. Esta zona es muy bonita pero como ese canal ya lo habíamos visitado retrocedimos para explorar el canal al oeste y el parque Astridpark, donde hay otra bonita iglesia. Desde aquí vimos otra de las espectaculares puertas de la ciudad, la Gentpoort, muy bonita y distinta a las demás que habíamos visto. Y con esto se nos iba haciendo de noche así que regresamos a la plaza central para verla iluminada. Merece mucho la pena verla de noche. La luz en los diferentes edificios le da un aire mágico.

Puente sobre el Dijver con San Juan Nepomuceno
                                                          Puente sobre el Dijver con estatua de San Juan Nepomuceno

Y hasta aquí este primer día. La verdad es que en un día se ve lo fundamental de la ciudad y puedes optar por aprovechar otro día para visitar Gante o Amberes, pero de eso ya hablaremos en otro post.

DÍA 2:

Nosotros nos quedamos un segundo día y por la mañana fuimos a visitar los molinos tradicionales de Brujas  - similares a los de Holanda – en la zona este del canal que rodea la ciudad. Se encuentran en un parque –Kruisvest- con mucho verde y un lugar muy agradable para pasear. Aprovechamos para visitar uno de los molinos por dentro ya que estaba abierto. En esta zona hay otra bonita puerta de las que se conservan, la Kruispoort. Y acto seguido fuimos a hacer un viaje en barco por los canales. En realidad no son barcos, se trata de unas lanchas grandes donde vas sentado y a veces incluso te tienes que agachar para no darte con algún puente. Ver Brujas desde el bote es una verdadera gozada. Pasas por sitios que ya habías visitado pero los ves desde otra perspectiva. Pudimos ver la famosa Casa del Pelícano, los palacios neogóticos como el museo Gruuthuse, la iglesia de Santa Ana o el antiguo Hospital de San Juan, las diferentes torres de Brujas y los antiguos puentes de piedra como el de San Bonifacio, Meebrug o Peerdenbrug. Navegamos por los dos canales principales, el Dijver, que transcurre paralelo al animado paseo del mismo nombre y el Gronereri. Hay varios puntos donde tomar el barco a lo largo de la ciudad y nosotros lo hicimos en el muelle de Rozenhoedkaai, sin duda el más pintoresco de todos ellos. El trayecto nos llevó poco más de media hora y lo recomiendo totalmente.

Parada del bote en el canal Dijver
                                                                                                         Parada del bote en el canal Dijver

Tras salir de allí  fuimos a visitar la catedral de San Salvador, que nos la habíamos dejado el día anterior. Es un imponente edificio y merece la pena una visita por dentro, ya que alberga numerosas obras de arte. Se encuentra en una zona no muy concurrida cerca de la explanada de los autobuses.  Después visitamos el museo de Historia de Brujas, el Historium. En Brujas hay muchos museos, la mayoría de arte, pero también de chocolate, diamante o temas más diversos. Nosotros nos decantamos por el Historium para conocer la interesante historia de la ciudad. En sus diferentes estancias puedes ver cómo era la ciudad en el medievo y además hay una terraza con preciosas vistas  sobre le plaza de Makt, otro motivo más por el que visitar el museo. Estuvimos en el museo poco más de hora y media.

Carro en la plaza Markt
                                                                                                                           Carro en la plaza Markt

Y lo que quedaba de la tarde de este segundo  día nos dedicamos a pasear sin rumbo por las callejuelas del centro. Cuando vas simplemente paseando y no siguiendo el plano para ver el próximo monumento se disfruta muchísimo más la ciudad e incluso pasando por sitios que ya habíamos estado reparamos en cosas que no habíamos visto  la primera vez. Brujas tiene unas casas realmente preciosas, parece que estás en un pueblo de cuento. Aprovechamos también para entrar en tiendas y destacar sobre todo las pastelerías con exquisitos  dulces del famoso chocolate belga. Y probamos la cerveza belga en un local bastante interesante, la cervecería Brasserie Bourgogne des Flandes, situado en el canal Dijver y ambientado como una antigua fábrica de cerveza. La terraza es preciosa. Se ve cuando pasas con el bote en el recorrido por los canales- y estar allí sentado tomándote algo es una experiencia muy aconsejable.

Calle en la zona vieja de Brujas
                                                                                                             Calle en la zona vieja de Brujas

A Brujas de puede llegar fácilmente desde Bruselas. En tren se tarda una hora y hay conexiones muy frecuentes.  En coche también se viene a tardar sobre una hora. Brujas es una ciudad muy turística por lo que hay infinidad de alojamientos para todos los bolsillos. Nosotros nos alojamos en un Ibis justo fuera de la zona vieja por muy buen precio. Y para comer abundan los establecimientos don de comer algo rápido y para cenar también encontramos sitios donde había menús por un precio razonable. Brujas, ciudad cercana a la costa – comunicada de hecho fluvialmente por un canal con ella - ofrece una gran variedad de platos de pescado y marisco. Y por último, todo el centro es muy compacto por lo que no vas a necesitar ningún transporte público. Aunque si te apetece abundan los establecimientos de alquiler de bicicletas, medio de transporte muy popular en la ciudad.

Puntos de interés en Brujas: