Segunda parte de nuestro recorrido por Bretaña

Hoy narramos la segunda parte de nuestro  viaje a Bretaña, donde recorrimos la costa norte y parte del interior. Puedes seguir el diario de nuestra primera parte del viaje aquí.

 

DÍA 9:

Empezamos el día en Porz Meur, muy cerquita de Plouescat. Allí una especie de enorme estuario – aunque en realidad no hay río – ha creado una serie de arenales, dunas y playas realmente bonitos. Es otro lugar por donde podrías pasar horas paseando. Simplemente dimos una vuelta y seguimos la carretera por la costa hasta el pequeño caserío de  Kerfissien. Allí hay un pequeño saliente de tierra desde donde hay una bonita vista hacia las playas cercanas y las formaciones tan curiosas de roca que nos acompañan en este recorrido por la costa bretona del norte. También hay una pequeña capilla de piedra mimetizada con las rocas del entorno. Una enorme playa parte de esta punta y llega hasta An Amied, donde hay más espectaculares formaciones rocosas y otra casita situada entre las mismas, aunque es menos pintoresca que la que habíamos visto el día anterior.  Esta pequeña casa está abandonada y abierta. Todo el paisaje es realmente encantador.  Tomamos el coche de nuevo y llegamos a Perharidi, un istmo con playas a ambos lados que nos lleva por un paseo precioso hasta otra punta en la costa con vistas a varios islotes maravillosos, con abundante vegetación y alguna casa incluso. Enfrente, al otro lado de una pequeña bahía  se ve ya Roscoff, nuestro  próximo destino. El paseo hasta  la punta es otro recorrido realmente agradable. Y es que a lo largo de esta parte dela costa hubiésemos parado en muchos más sitios para simplemente andar y disfrutar del paisaje.

Kerfissien, Bretaña
                                                                                                                                                 Kerfissien

Y así llegamos a Roscoff, uno de los pueblos  con más encanto de Bretaña y que nos recordó mucho a Biarritz. El centro de Roscoff se encuentra en torno al puerto de pesca tradicional. Tiene algunas agradables calles empedradas y algunos edificios históricos interesantes construidos en la piedra de granito tradicional de la región. El monumento más importante de Roscoff es la Iglesia de Notre-Dame de Croaz-Batz en el centro de la ciudad, fácilmente reconocible, con su campanario que domina el horizonte. La pequeña capilla de Sainte-Barbe también merece una visita, en una pintoresca ubicación, en un cercano cabo con una buena vista panorámica de todo el pueblo y la costa. Tras callejear por las elegantes calles de Roscoff nos dedicamos a pasear por la costa y recorrimos un paseo peatonal que a modo de espigón sale de uno de los muelles del puerto y avanza mar a dentro hasta que literalmente es engullido por el mar y ya no puedes avanzar más. Es un lugar muy curioso además de ofrecer unas vistas maravillosas hacia el frente de costa de Roscoff.  En Roscoff pasamos bastante tiempo porque fue un sitio que nos encantó. También comimos allí y ya bien entrada la tarde nos dirigimos al vecino Saint-Pol-de-Leon

Roscoff, Bretaña
                                                                                                                                                     Roscoff

Saint Pol es un bonito pueblo cuyo centro está algo separado de la costa. Los dos monumentos más importantes de la ciudad son la catedral de Saint-Paul-Aurelien y la capilla de Notre-Dame de Kreisker. La catedral tiene una fachada impresionante con 50 metros de altura, y torres adornadas en cada lado. Entramos porque hay mucho por ver incluyendo numerosas vidrieras, algunos puestos de madera tallada y un órgano. La capilla de Notre-Dame du Kreisker también tiene un alto campanario 78 metros, que es el más alto en Bretaña. Subimos por el interior del campanario para ver preciosas vistas al mar y sobre el propio Saint-Pol-de-Leon. Dimos una vuelta por el centro donde hay algunas casas interesantes y nos acercamos al puerto, aunque la verdad es que allí no había mucho que ver. Esta noche nos alojamos en Saint-Pol.

 

DÍA 10:

Madrugamos para volver a Roscoff y coger el primer ferry a la isla de Batz. Un paseo en barco de 15 minutos nos llevó a la maravillosa isla, que es un tesoro escondido que vale la pena visitar. Es una isla sin coches, así que nos animamos a alquilar unas bicicletas para recorrerla. Hay pequeñas y pintorescas playas vírgenes alrededor de toda la isla. La costa tiene muchos entrantes pintorescos y rincones que merece la pena visitar. También vimos un faro donde pudimos disfrutar de magníficas vistas de la isla y la costa. La zona del pueblo donde te deja el ferry es realmente bonita también. El hecho de que no haya coches le da un encanto especial, puedes pasear por las calles, los muelles… con total tranquilidad disfrutando dela arquitectura y las vistas hacia el mar. En la zona este de la isla hay unos jardines botánicos a los que no entramos, pero la península en la que se asientan tiene maravillosas vistas hacia Roscoff. Con ayuda de la bicicleta recorrimos el maravilloso litoral en unas horas y así tras comer algo pudimos tomar el ferry de vuelta para seguir nuestro viaje ya por el continente. 

Isla de Batz, Bretaña, Francia
                                                                                                                                               Isla de Batz

Muy cerca de Saint-Pol llegamos a Carantec, un  pueblo sin demasiado interés de no ser porque en marea baja puedes pasar andando – y en coche - a una sucesión de islotes que se adentran en el mar en un paisaje maravilloso de dunas, rocas, pequeñas calas… hasta llegar a la punta donde hay una mesa de orientación y fantásticas vistas. Es un paseo de unos dos kilómetros realmente maravilloso por la isla de Callot, donde también se levanta una ermita preciosa. Desde Carantec se puede ver también el pintoresco castillo de Taureau en su propio islote. De allí nos movimos  a Morlaix, un  pueblo interesante en el que hay un puerto en un entrante del mar que parece un río pero no lo es, y que está marcado por el alto viaducto que lo atraviesa. Hay una serie de calles con edificios  de entramado de madera y bastante pintorescos. El conjunto no es especialmente bonito como otros pueblos, pero sí que hay rincones y edificios que merecen la pena.

Carantec, Bretaña, Francia
                                                                                                                                                    Carantec

Después viajamos al cercano Guimiliau, un pequeño núcleo rural con un precioso recinto parroquial. La construcción religiosa comprende no solo la iglesia sino también una serie de elementos como el cementerio adosado a la misma un arco del triunfo de entrada al recinto, el calvario, la capilla funeraria y el osario. Es un conjunto monumental digno de visitar, en especial el calvario. Y muy cerca en otra pequeña aldea visitamos Lampaul-Guimiliau con otro recinto  espectacular donde el centro de atención es la propia decoración de su iglesia. Y en Saint-Thégonnec nos dio tiempo a visitar otro conjunto del mismo tipo. No nos dió tiempo para más pues al haber pasado la mañana en Batz la tarde nos quedó muy reducida. Nos desplazamos a Locquénolé, donde nos alojamos ya que al día siguiente nos quedó algo pendiente en Carantec.

DÍA 11:

Desde el puerto de Carantec habíamos reservado una visita al pintoresco castillo de Taureau, en un islote en medio del mar. Fue una excursión maravillosa. El barco tarda un cuarto de hora en llegar y la visita al pequeño castillo y las explicaciones del guía duraron una hora – lástima que fue en francés y apenas nos enteramos de algo -. Así que tras otro cuarto de hora retornamos al puerto. Solo llegar al lugar tiene una magia y un encanto especial. El castillo en sí es bastante interesante, una especie de mazmorras fue lo que más nos llamó la atención, así como la terraza superior. Es necesario reservar la excursión porque depende de los horarios de las mareas. Tras regresar a puerto pusimos rumbo a Beg an Diben, una pequeña aldea de Plougasnou. Es una zona de costa con una pequeña isla a la que se puede acceder a pie en marea baja y una preciosa punta rocosa desde donde hay buenas vistas de la costa. Otra maravillosa zona en la que paramos fue la punta de Primel, donde un elevado saliente rocoso tiene unas vistas formidables sobre la costa, y donde hay otra casita bretona en una ubicación muy pintoresca. Es una maravilla de paisaje costero con salientes rocosos, calas… Seguimos por la costa con pena de no poder pararnos en más sitios, porque el paisaje sigue siendo espectacular y llegamos a Lannion.

Isla de Taureau, Bretaña, Francia
                                                                                                                                         Isla de Taureau

Lannion es una ciudad portuaria en torno al estuario del río Léguer. El Monasterio de Santa Ana domina una amplia zona en el lado sur del río y el corazón de la histórica ciudad de se encuentra en el lado norte. Allí pudimos ver algunos edificios medievales situados principalmente alrededor de la Place du Général-Leclerc y la Rue des Chapeliers, y la iglesia de St-Jean-du-Baly. Desde el casco antiguo llegamos mediante la subida de la pintoresca Escalier de Brélévenez a la iglesia de Brélévenez en la parte superior de la colina de Crec'h Tanet. La iglesia es una iglesia preciosa, pero en realidad es el propio paseo con sus escaleras lo que constituye uno de los lugares más pintorescos de Lannion con magníficas vistas a la ciudad según vamos ascendiendo.

Lannion, Bretaña, Francia
                                                                                                                                                     Lannion

Y desde aquí empezamos el recorrido por la magnífica costa  de Granito Rosa. Va desde Plestin-les-Greves a Louannec y es uno de los litorales más bonitos de Europa. Este tramo de treinta kilómetros de costa rocosa tiene unas rocas de color rosado y además todo ello es acompañado por un mar turquesa y tranquilas playas de arena fina. La parte más espectacular es la que va de Perros-Guirec atravesando Ploumanac'h hasta la playa de  Tregastel Plage, a donde pusimos acceder caminando por el sendero costero. Este camino serpentea entre rocas de formas fantásticas, especialmente en Ploumena'ch, intercaladas con numerosas piscinas de agua salada, calas de arena y unas vistas y paisajes costeros  impresionantes. Hay paisajes idílicos en los alrededores de Trébeurden y Trégastel. Además de las fantásticas zonas de  roca hay numerosas playas. En Tregastel al final de la Baie Sainte Anne está  la Ile Renote, una excelente playa con rocas espectaculares. Hay muchas islas frente a la costa a lo largo de la Costa de Granito Rosa, a algunas de las cuales se pueden acceder caminando durante la marea baja. En Plougrescant vimos una de las más pintorescas imágenes de la costa: el Castel Meur, una casa de piedra construida entre rocas a cada uno de sus lados.

Empezamos a recorrer la costa de Granito Rosa por Tregastel. La playa principal es muy bonita con grandes afloramientos de rocas de granito rosa que emergen del agua, en formas muy caprichosas. Fue una gozada subir a algunas de ellas para sacar fotografías. Seguimos el sendero costero- el Sentier des Douaniers – para conocer la costa. Desde el emplazamiento del acuario en la playa de Poz Cors, bajo la roca "Père Éternel", hay una vista impresionante de la costa de granito rosa. Desde aquí seguimos toda la costa hacia el norte y volvimos hacia el sur por el este para disfrutar de las rocas, las islas – algunas de ellas con pequeños castillos -, el mar… un verdadero disfrute para los sentidos. Acabamos el día paseando y nos alojamos en el mismo Tregastel.

Tregastel, Bretaña, Francia
                                                                                                                                                   Tregastel

DÍA 12:

Seguimos por la costa de Granito Rosa, en Perros-Guirec. Cerca de la playa las calles están llenas de palmeras y villas de piedra con tejados de pizarra y la playa es preciosa. La playa principal es una cala protegida por un saliente rocoso a ambos lados. Hacia el mar también podemos ver una serie de islas. Fuimos también a otra playa en Perros Guirec, la playa Trestignel es una de las mejores playas de Bretaña. Pero la atracción principal en Perros-Guirec es la ruta costera hacia el pueblo de pescadores de Ploumanac'h y hasta la playa de Saint-Guirec, que parte del camping de Perros-Guirec. El paisaje es realmente hermoso, el mejor ejemplo de la Costa de Granito Rosa. Seguimos el paseo que serpentea alrededor del acantilado y va revelando muchas de las piedras de color rosa que dan su nombre a la costa. Este tramo en particular tiene un montón de rocas esculpidas en formas fabulosas por el mar. Es un paseo muy agradable y llega a uno de los puntos más fotografiados de Bretaña, el faro de Mean Ruz. Es un faro de color rosáceo rodeado de impresionantes formaciones rocosas del mismo  color. Es un lugar muy pintoresco y el sendero que nos lleva hasta allí es precioso, pasando por calas rocosas con formaciones de rocas imposibles. Frente a la costa hay un  impresionante islote con un castillo: la Île de Costaérès. Finalmente llegamos a la playa de Saint-Guirec.

Faro de Mean Ruz, Bretaña, Francia
                                                                                                                                    Faro de Mean Ruz

Tras dejar  Perros-Guirec, nos dirigimos a la Península de Plougrescant, un tesoro natural ubicado en la Côtes-d'Armor. Rocas con formas extraordinarias se amontonan, en la tierra, así como en el mar. En la punta norte de la península, conocida como Castel Meur, vimos una de las más pintorescas casas en Bretaña construida a modo de sandwich entre dos enormes rocas. La casa se encuentra exactamente al oeste de la Pointe de Château en una especie de finca delimitada por un bajo muro. Ésta es otra de las postales más famosas de Bretaña. Aquí estuvimos recorriendo toda la zona costera que es de excepcional belleza. El tramo que va desde la formación rocosa de Le Gouffre hasta el muelle de Kericu pasando por la casa entre las rocas es espectacular. Merece la pena recorrerlo con detenimiento.  La Maison du Littoral en las cercanías explica el entorno rocoso y sus extraordinarias manifestaciones. En toda esta zona además hay una densa red de pequeños islotes que hacen que el mar alrededor de la península de Plougrescant sea muy pintoresco, como  por ejemplo el archipiélago Er en el estuario del Jaudy. En la marea baja, algunos de estos islotes son accesibles a pie. También pudimos ver una capilla medieval muy  peculiar en el pueblo de Plougrescant.

Castel Meur, Bretaña, Francia
                                                                                                                                               Castel Meur

Pasamos después por Treguier un pueblo donde vimos algunas bonitas casas de piedra y otras de entramado de madera en los alrededores de la catedral, así como una espectacular puerta de entrada a la ciudad antigua formada por dos pintorescos edificios bastante altos. Tampoco nos entretuvimos demasiado. Después nos dirigimos a Portrieux, un pequeño pueblo con un curioso un puerto interior. La ciudad de Pontrieux está distribuida en torno a dos plazas. Una de estas plazas, la Plaza Mme Le Trocquer, tiene un edificio de entramado de madera medieval, la Casa de la Tour. Se conoce localmente como la Torre Eiffel por su altura y es realmente bonita. Paseamos por la zona del río donde se pueden ver antiguas casas burguesas cada una con su propio lavadero - un área especial de lavado en la orilla del río -. Hay muchísimas y es un lugar muy pintoresco en el río con mucho color por los adornos florales. También pudimos ver un molino de agua. Ya de noche nos  dirigimos a Paimpol, donde nos alojamos.

Treguier, Bretaña, Francia
                                                                                                                                                     Treguier

DíA 13:

Antes de coger el coche dimos un pequeño paseo por Paimpol, que tiene un puerto bastante bonito con casas de colores y otras de piedra, y por las callejuelas adyacentes. No es un lugar espectacular pero si tiene ese ambiente de pueblo bretón que tanto nos estaba gustando. Así que estirar las piernas antes de montarnos en el coche mereció la pena. Después nos fuimos al norte hasta el bonito pueblo de Loguivy-de-la-Mer, con un agradable puerto y una zona de costa preciosa hacia el este hasta Porz-Even. En Loguivy visitamos también la iglesia del pueblo y su explorar el entorno natural. En La Roche aux Oiseaux se domina el estuario del río Trieux y hay excelentes vistas sobre Ile-Bréhat. Desde aquí seguimos hasta Saint-Brieuc, por un tramo de costa más monótono que todo lo que habíamos visto los últimos días. El centro de la ciudad con la catedral y las casas de entramado de madera medievales son lo más interesante. La catedral de Saint Etienne es de estilo gótico impresionantemente  fortificada. El barrio medieval de Saint-Brieuc contiene algunas antiguas casas de madera. Dimos un paseo por el centro. Desde el cercano mirador de Pointe des Roseliers, la bahía de  Saint-Brieuc revela una maravillosa vista. Acantilados, puertos, dunas y brezales decoran la costa. Cuando estuvimos nosotros la marea estaba muy baja y era realmente impresionante porque la cantidad de mar que quedaba al descubierto era inmensa. Campos enteros de postes de madera de aspecto extraño emergen fuera del agua en Pointe des Guettes: son los bancos de mejillones.

Bahía de Saint Brieuc, Bretaña, Francia
                                                                                                                              Bahía de Saint Brieuc

Desde aquí fuimos hacia el  interior a visitar Moncontour. En lo alto de una colina sobre dos valles este pequeño pueblo es un enclave pintoresco, coronado por su bonita iglesia. Esta población medieval amurallada aún conserva una buena parte de sus murallas originales. Recorriendo las calles dentro de las murallas, sobre todo alrededor de la iglesia y el mercado central, vimos muchos edificios medievales atractivos y algunas casas de entramado de madera. El Ayuntamiento y la iglesia de Saint-Mathurin también son interesantes edificios  que visitar. Tras este paréntesis regresamos a la costa concretamente a Dahouët oculto en la costa con su pequeña cala. Es un pequeño puerto abrigado. El lugar es un tesoro natural. La Pointe de la Guette separa Dahouët de Le Val-André y allí pudimos ver un oratorio y una mesa de orientación en la punta. El puerto es bastante bonito, alargado a lo largo de todo el pueblo.  En el cercano Val-André hay preciosas vistas desde la playa a una isla en la costa y un  paseo peatonal se extiende a lo largo de la playa rodeada de casitas bajas típicas de la región. Y tras estas dos paradas breves llegamos al cabo de Erquy, otra zona de costa muy bonita.

Moncontour, Bretaña, Francia
                                                                                                                                              Moncontour

En el acantilado debajo del cabo se encuentra el encantador puerto de Erquy. También hay buenas playas que se extienden a lo largo de la bahía más hacia el este. Disfrutamos de espectaculares vistas desde este promontorio. Caminamos un poco por la zona y llegamos a algunas playas remotas muy hermosas y hasta la Pointe de la Mare aux rets, otro promontorio con grandes vistas sobre la costa, que presenta unas formaciones rocosas muy curiosas. El puerto de Erquy, con sus aguas maravillosamente claras, se encuentra debajo de los acantilados occidentales del cabo. Un montón de casas del puerto se han convertido en bares o boutiques. Un núcleo de bonitas casas antiguas se concentra alrededor de la iglesia en piedra de color púrpura. No obstante lo que más nos gustó fue la zona de costa y las playas aunque el pueblo es muy  tranquilo y la playa tiene un agradable paseo. La costa es maravillosa y se van extendiendo diferentes arenales hasta que llegamos al cabo Frehel al este. Hicimos varias paradas simplemente para disfrutar de las vistas de algunas de las playas desde las zonas más elevadas dela carretera.  Esta noche nos alojamos en Plévenon, en un agradable B&B.

Cap Erquy, Bretaña, Francia
                                                                                                                                                 Cap Erquy

DÍA 14:

Empezamos el día en el cabo Frehel, un enclave privilegiado en la costa bretona, tanto por su preciosa naturaleza como por otros elementos históricos.  Aquí hay acantilados, playas, unas vistas impresionantes de la Costa Esmeralda y las Islas del Canal, una reserva de aves marinas, un faro histórico y un castillo de cuento de hadas fortificado. La carretera de la costa es espectacular, con vistas maravillosas. Paramos para sacar alguna foto de las sucesivas calas, rocas… A unos 400 metros de la punta aparcamos. Llegamos caminando hasta la punta de la península donde hay dos faros. El más alto, de 30 m de altura, tiene 145 escalones que nos permitieron llegar a lo  más alto para obtener excelentes vistas de todo el litoral. El más pequeño ya no está en uso. Caminamos por los senderos del cabo, disfrutando delos diferentes rincones. Aquí los acantilados son altos, a diferencia de otras zonas de Bretaña.  Y otra visita que se hace indispensable en esta zona es Fort La Latte. A 4 Km. al este de Cap Fréhel, a  60 metros sobre una roca por encima del mar, está el imponente complejo del fuerte. Cruzando el puente levadizo  la visita a las torres y mazmorras es una gran manera de terminar la excursión a Cap Frehel. Es un maravilloso castillo en un escenario natural espectacular. Aparte de visitar el complejo las vistas que ofrece del litoral y del propio castillo desde la torre son espectaculares. Sin duda éste es uno de los puntos con más atractivos de la costa norte de Bretaña, y eso que son muchos los que nos encontramos.

Fort La Latte, Bretaña, Francia
                                                                                                                                             Fort La Latte

Seguimos la carretera y pasamos por Saint-Cast-le-Guildo con unas bonitas playas de arena dorada y llegamos a Saint-Jacut-de-la-Mer. En el pueblo  hay una bonita iglesia pero lo interesante es la península en la que se asienta la población. Rodeada de calas acaba en una punta en la que arenales, islotes y rocas crean un paisaje fantástico. El conjunto de islotes es el archipiélago de Ébihens. Además hay un buen número de criaderos de mejillones como los que ya habíamos visto. La marea estaba baja y la vista era espectacular. Paseamos por la arena hasta llegar a uno delos salientes rocosos que se elevaba algo más sobre el terreno y nos ofreció una buena panorámica. El sendero costero por la punta de  la península también tiene vistas interesantes. Seguimos la carretera por la costa y pasamos por varios pueblos con  playas y un impresionante estuario en Saint-Briac-sur-Mer. En Saint-Lunaire paramos en la Pointe du Décolle, un saliente de la costa elevado con una gran cruz que ofrece buenas vistas a ambos lados. Paseamos un poco por la playa y las calles adyacentes. Todos estos pueblos son resorts vacacionales con bonitas casas bretonas, calles muy cuidadas y muy agradables aún sin tener ningún monumento o atracción especial. La costa en sí ofrece suficiente entretenimiento pues entre las playas y calas hay bonitos senderos costeros. Así llegamos a Dinard, el resort más importante de la Costa Esmeralda.

Saint Lunaire, Bretaña, Francia
                                                                                                                                            Saint Lunaire

Dinard tiene un montón de villas y casas muy bonitas. El centro del pueblo es un lugar muy animado. Algunos de los mejores ejemplos de las casas del siglo 19 se pueden ver a lo largo de la orilla del mar. La Maison du Prince Noir (Casa del Príncipe Negro), un antiguo priorato, es bastante pintoresco, y también la imponente Manoir de la Baronnais. Frente a la Plage de l'ecluse - la playa principal de Dinard – paseamos por los alreddores y los lujosos hoteles. Para disfrutar de unas buenas vistas caminamos hacia el este hasta el final del promontorio llamado Pointe du Moulinet (el extremo oriental de la plage de l'ecluse). Desde aquí se ven magníficas vistas de St Malo a través del agua. Muy cerca de la punta  hay una piscina pública junto al mar. Desde allí seguimos otro excelente paseo, el Promenade du Clair de Lune  hasta la playa de Prieuré. Las vistas son preciosas y el paseo discurre por la parte inferior del acantilado pasando por el puerto deportivo.  Esta noche nos alojamos en Dinard así que pasamos lo que nos quedaba de día en el mismo pueblo paseando por la costa y por algunas callejuelas del centro bastante atractivas. Es un pueblo encantador.

Dinard, Bretaña, Francia
                                                                                                                                                       Dinard

DÍA 15:

Dejamos Dinard y nos dirigimos a Saint-Malo, con su impresionante casco antiguo amurallado. Este casco está rodeado de playas hacia el mar y de una zona importante portuaria que afea bastante el conjunto por el otro lado, hacia tierra. Para visitar la ciudad seguimos los dos km a pie alrededor de las murallas que rodean la ciudad, con buenas vistas de la ciudad en sí misma y también de las playas y sus alrededores. Es una gozada caminar por las murallas y asomarse desde arriba a los animados rincones del casco antiguo. Todo el casco es muy homogéneo con elegantes casas de granito gris y las calles bastante estrechas. Las calles -cerradas al tráfico en su mayoría- son un verdadero placer para pasear. Tras ver las murallas accedimos a  la ciudad antigua entrando a través de la impresionante Puerta de San Vicente. Dentro de la puerta de San Vicente está la Place Chateaubriand, una de un buen número de plazas con castillo en un lado de la misma. Los lugares más interesantes de esta zona son: el castillo; la Catedral de San Vicente; la Cour de la Houssaye con la hermosa Casa de la Duquesa Ana; y el Parc de la Briantais que es una zona de parque abierto muy grande y que  ofrece buenas vistas. Tras ver el centro accedimos caminando en marea baja a la isla cerca de la Plage de l'Eventail que alberga el Fuerte Nacional. Desde allí empieza una playa enorme hacia el este. Además alrededor de la zona vieja en el otro lado, al oeste,  están las islas de la Grand Bé y el Petit Bé, accesibles en marea baja y con preciosas vistas hacia la zona amurallada.

Saint-Malo, Bretaña, Francia
                                                                                                                                                 Saint-Malo

Tras visitar esta zona vieja fuimos al distrito de Saint Servan -las vistas hacia atrás sobre la ciudadela son muy buenas – que alberga una pintoresca torre, la Tour Solidor. En esta zona también vimos otras construcciones militares antiguas y una bonita zona de calas y casas tradicionales bretonas. Después en coche nos desplazamos por la costa hasta el extremo este de Saint-Maló donde en un promontorio hay una ermita y muy cerca unas rocas esculpidas creando esculturas en los propios acantilados. Algo  muy curioso. Desde allí seguimos en coche por una sucesión de preciosas y bastante salvajes playas y también pudimos ver un fuerte justo en el mar en el lugar conocido como  L'Anse du Guesclin. Seguimos hasta llegar a la Pointe du Grouin, un acantilado rocoso con impresionantes vistas de la costa y los islotes de alrededor. Dese el aparcamiento hay un agradable paseo hasta la punta donde también hay un semáforo marítimo. Desde aquí se puede contemplar la bahía del Mont Saint-Michel. El sendero de la costa hacia el oeste conduce a una serie de calas de arena. Tras disfrutar de un nuevo lugar encantador en el mar, nos dirigimos hacia Cancale. Cancale es un pequeño puerto en la bahía en frente del Mont Saint Michel y es conocido por los criaderos de ostras de su costa. La zona más interesante es el puerto donde paseamos por un espigón con un faro y por el paseo donde se suceden los restaurantes que ocupan antiguas y pintorescas casas de pescadores. Siguiendo en coche por la Route Panoramique hacia el sur vimos fantásticas vistas del pueblo y su puerto con unos islotes detrás muy pintorescos.

Cancale
                                                                                                                                                     Cancale

Tras el paseo por Cancale nos dirigimos a Dol-de-Bretagne. Es una hermosa ciudad medieval, con un casco antiguo bien conservado. La enorme catedral de Saint-Samson es lo más destacado y al sur de la misma hay una red de callejuelas medievales con un montón de casas  de entramado de madera y también muchas casas construidas en el granito tradicional utilizado de Bretaña. En el cercano Mont Dol a 3 Km de la ciudad-- vimos una pequeña capilla en la parte superior, un menhir y excelentes vistas de la región.  No nos entretuvimos mucho y seguimos hasta Dinan, uno de los pueblos con más encanto de Bretaña. Dinan es una impresionante ciudad amurallada situada en una colina con vistas al río Rance. Dinan es sin duda una de las pequeñas ciudades más atractivas y mejor conservadas de Bretaña. Las murallas que rodean la ciudad están bien conservadas, y cubren casi tres kilómetros. Sólo pudimos caminar sobre las propias murallas  en una pequeña zona habilitada, pero caminando al lado de las murallas hay rincones preciosos - a través del Paseo de los Grandes Fosses o por el paseo de la duquesa Ana-.

Dinan, Bretña, Francia
                                                                                                                                                         Dinan

El centro histórico de Dinan, alrededor de la Place des Merciers y Place Saint Sauveur, es un lugar precioso. Hay un montón de casas de madera muy pintorescas. El castillo de Dinan es parte de las murallas que rodean la ciudad. La iglesia Saint Malo tiene algunas interesantes vidrieras. Los jardines detrás de la iglesia ofrecen vistas perfectas de la parte antigua de la ciudad junto al río y el puente viejo. La basílica de Saint-Sauveur también es bonita. La Torre del Reloj es una antigua torre con grandes vistas de la ciudad. Subimos los numerosos escalones hasta la cúspide a  40m. Las vistas son estupendas. La Maison du Gouverner es una de las casas más antiguas de Dinan. La verdad es que seguimos el recorrido que nos dieron  en la oficina de turismo y el pueblo -  más bien ciudad - no  tiene desperdicio. Tras visitar toda la zona vieja nos dirigimos por una preciosa calle - rue du Jerzual y Rue du Petit Fort - hasta la zona baja donde se ubica el puerto,  otro lugar muy típico y de una gran belleza. En el puerto te da la sensación de estar en un puerto medieval con su colección de preciosas casas y los edificios del mismo puerto. Cruzamos el puente de piedra para disfrutar de las vistas hacia la ciudad. El puerto alberga una buena selección de restaurantes y atracan numerosos barcos clásicos. Las mejores vistas de la zona del puerto las tuvimos desde los 40 metros de altura del cercano viaducto. Buscamos un restaurante para cenaren el puerto y nos dirigimos al hotel que habíamos reservado.

Puerto de Dinan, Francia, Bretaña
                                                                                                                                       Puerto de Dinan

DÍA 16:

Visitamos el castillo de Combourg, un castillo de planta robusta y muy bonito por fuera. Lo visitamos y vimos alguna estancia amueblada y las vistas desde las torres. Está bien pero nada espectacular. El resto del pueblo no tenía mucho que ver, la propia casa donde se aloja la oficina de turismo, y un par de casas de entramado de madera, así que seguimos hacia Fougères, una bonita población histórica que alberga un pintoresco castillo y unas extensas y muy bien conservadas murallas. La ciudad se divide en dos zonas distintas, con el Chateau de Fougeres y el Barrio Medieval  en la ciudad baja y mucho más arriba la parte alta del pueblo.

En la parte alta del pueblo vimos la Place du Theatre, un bonito lugar construido en granito, y   la Iglesia de San Leonardo -cuyo campanario está abierto al público y subimos para ver fabulosas vistas sobre el castillo y sus alrededores -. Desde la Place aux Arbres, que es un jardín público, se tienen también muy buenas vistas del castillo de Fougeres y la ciudad medieval por debajo de los jardines. Seguimos un sendero que empieza aquí y va hasta el barrio medieval de abajo. El acantilado ha sido convertido en diferentes terrazas con jardines y constituye un precioso paseo hasta la ciudad medieval. El castillo de Fougères es un imponente castillo medieval con 13 torres. La puerta de Notre Dame permanece en pié. El paseo por las murallas es para no perdérselo ya que es lo mejor del pueblo porque las vistas son preciosas y las murallas espectaculares y muy extensas. En la calle de la Pinterie hay más edificios de entramado de madera. Otro gran mirador para tener una gran vista del castillo está el Jardín de las murallas que se encuentra en esta calle. Este castillo y las murallas forman uno de los conjuntos con más encanto que vimos en todo el viaje.

Fougeres, Bretaña, Francia
                                                                                                                                                   Fougeres

Siguiente parada: Vitré, otra histórica población fortificada en la cima de una colina. Cuenta con un casco antiguo muy bien cuidado, con un montón de calles estrechas con casas medievales. Paseamos por el casco antiguo viendo un gran número de casas de madera. El conjunto es precioso y una parte significativa de las murallas originales de la ciudad también está intacta. En la parte superior encontramos un castillo y la iglesia de Notre-Dame. El castillo es un edificio imponente con muchas torres en sus altas murallas y se accede a través de un puente levadizo. No entramos y lo vimos por fuera. Las mejores vistas del castillo se obtienen desde el mirador de Tertres Noirs en la carretera a Rennes. La calle más pintoresca que vimos fue la Rue de la Baudrière, donde hay casas de madera de gran altura. Desde la plaza Saint-Yves la vista de las murallas con unas casas bajas de entramado de madera prácticamente  empotradas en la propia muralla es soberbia. El pueblo es muy bonito e incluso saliendo de la zona vieja tiene mucho encanto con sus pequeñas casitas, sus animadas plazas con cafés y terrazas….

Vitré, Bretaña, Francia
                                                                                                                                                           Vitré

De aquí nos desplazamos a Rennes, la capital de Bretaña. No es lo que yo llamaría una ciudad con encanto pero si tiene algunas cosas que merecen la pena, principalmente en el casco antiguo, donde está la imponente catedral y algunas callejuelas con edificios antiguos. La Plaza de la República con el espléndido Palais du Commerce y la Place de la Marie con su hermoso edificio de la ópera también son lugares bastante bonitos. Lo más destacado es quizás el conjunto de casas de entramado de madera que hay en la parte vieja en los alrededores de la catedral, que son bastante más altas de lo que hemos visto en otros pueblos de Bretaña. La Place St Ann es un lugar encantador, con sus hermosas construcciones medievales en torno a dos lados de la plaza y la catedral en el otro lado. El parlamento es también un edificio impresionante.

Rennes, Bretaña, Francia
                                                                                                                                                      Rennes

Por último, para acabar el día,  nos desplazamos al bosque de Brocelandia, el bosque mágico asociado a las leyendas del rey Arturo. Es una zona boscosa bastante bonita y donde hay algunos puntos de interés. Comenzamos la visita en el castillo de Comper cerca Concoret – aunque ya cerrado -. Junto al castillo hay un lago. Al suroeste de aquí, cerca de Tréhorenteuc hicimos una pequeña ruta hasta el mirador del Val Sans Retour (valle sin retorno). Muy por encima del valle, se encuentra la Rocher des Faux Amants (roca de los amantes falsos). Además de varios sitios megalíticos, hay un árbol dorado en la entrada del valle. No se trata de sitios muy espectaculares pero si son agradables y rodeados de un cierto aura de misticismo, por su asociación a la leyenda de Arturo y Merlín. Acabamos en Paimpont que es un pueblo atractivo, con una calle principal de cabañas de piedra. Vimos su abadía junto al lago. También vale la pena ver las fraguas del siglo XVII al XX, muestra del patrimonio industrial de Paimpont. No muy lejos de Paimpont, se puede visitar el Castillo de Trécesson, un castillo medieval con imponentes muros y situado en un lugar muy pintoresco, rodeado de un bonito lago. También lo  vimos solo por fuera debido a la hora a la que llegamos. Tras esta rápida visita al bosque de Brocelandia, nos quedamos allí en nuestro hotel. No dedicamos mucho tiempo a Brocelandia, porque no lo teníamos previsto y porque aun siendo un lugar bonito no tiene un paisaje realmente espectacular.

DÍA 17:

Éste era nuestro último día en Bretaña. Tras desayunar nos fuimos a Josselin. Es un pueblo muy pintoresco en un entorno encantador junto al río Oust y el canal de Nantes a Brest. Lo más interesante del pueblo es sin duda el impresionante castillo. La mejor vista del castillo la tuvimos desde el río, caminando bajo sus impresionantes murallas. Paseamos por el centro histórico de Josselin, lleno de calles estrechas formadas por bonitas casas de entramado de madera, y la basílica. Desde el castillo y el canal, pasando por la catedral y el casco antiguo, llegamos a la Plaza de la Resistencia. Subimos las escaleras de la basílica para disfrutar de las mejores vistas sobre los tejados del pueblo. En la misma plaza que la catedral, está uno de los mejores edificios medievales de Josselin, una casa de color rojo y blanco con entramado de madera en la parte superior de la plaza de Notre-Dame. Entramos en el castillo y visitamos sus torres, sus estancias amuebladas y sus jardines. La visita del precioso castillo fue el colofón a la visita del bonito pueblo.

Josselin, Bretaña, Francia
                                                                                                                                                    Josselin

Desde Josselin fuimos a Malestroit, una pequeña y pintoresca población medieval. Las casas de madera de dos pisos y la Place du Bouffay donde se puede ver la casa de 'La truie-qui-file ', decorada con figuras cómicas, son el principal atractivo del pueblo. Estuvimos paseando por sus pintorescas callejuelas con mucho gusto, paseando por las orillas del río y disfrutando de cada rincón. En el canal pudimos ver las barcazas que amarran cerca del centro de la ciudad. Se puede alquilar un barco  para explorar el mencionado canal. Malestroit es un lugar encantador que quizás no tenía nada adicional a todo lo que ya habíamos visto pero el lugar era un oasis de tranquilidad y un pueblo realmente pintoresco por el que daba gusto pasear. Dejamos el pueblo y seguimos ruta hasta el cercano La Gacilly. Las calles de  este pueblo son realmente pintorescas y están perfectamente conservadas. Además están repletas de artistas y artesanos de todo tipo, desde los fabricantes de títeres hasta diseñadores de joyas y desde alfareros a sopladores de vidrio. Estuvimos un rato  paseando por sus callejuelas y ya comimos algo allí aunque era un poco pronto.

Malestroit, Bretaña, Francia
                                                                                                                                                  Malestroit

La última visita de nuestro viaje a Bretaña fue otro fantástico y pintoresco pueblo, Rochefort-en-Terre, un maravilloso colofón a este impresionante viaje. Rochefort-en-Terre es una aldea en un promontorio elevado clasificada como uno de los más "bellos pueblos de Francia”. El centro es básicamente una pintoresca plaza principal y una calle que cuenta con algunas bonitas casas antiguas, unas pocas de entramado de madera pero sobre todo construidas con el granito típico de la región. Una de las más impresionantes es una imponente casas de granito con una torre en la Rue du Porche. La otra atracción principal en la ciudad es la fortaleza medieval, restaurada en parte y en parte en ruinas. La Iglesia de Notre-Dame-de-la-Tronchaye (con un diseño inusual en el exterior de la iglesia) y también el lavoir (antigua zona de lavado de ropa de público) son otros lugares que nos encantaron. Las calles más pintorescas son las estrechas callejuelas que nacen en la calle principal. Paseamos por sus atractivas calles admirando la mezcla de estilos arquitectónicos. Ya iniciando el viaje de regreso pasamos por el bonito pueblo de Questembert, que nos pareció precioso desde el coche, eso sí, ya que solo pudimos para un momento para sacar un par de fotos pues no  nos daba tiempo para más. Y así emprendimos el viaje de vuelta, hasta Bilbao.

Rochefort-en-Terre
Rochefort-en-Terre

Este viaje a Bretaña fue un recorrido bastante extenso por toda la región. Y la verdad es que si tienes menos tiempo también se puede recorrer y disfrutar esta maravillosa parte  de Francia en menos tiempo. Nosotros dedicamos bastante tiempo a pasear por pueblos o zonas  costeras que se pueden ver en menos tiempo, pero Bretaña es un lugar mágico, te engancha y seguro que volveremos ahora que ya conocemos lo fundamental, porque vimos muchísimos sitios en los que sería una gozada quedarse a pasar unos días sin agenda, sin prisas por ver tal o cual cosa, simplemente disfrutando del lugar de una forma más pausada.

DATOS PRÁCTICOS:

Alojamiento: todos los alojamientos los reservamos previamente a iniciar el viaje. Combinamos hoteles sencillos – algunos IBIS por ejemplo – con algunos B&B, no demasiado extendidos en esta zona.

Comida: nos sorprendieron los precios, pues no siendo Francia un lugar barato ni mucho menos, esta zona no tiene los preciso de otras zonas como Paris, o la Costa Azul. En general los precios de los restaurantes son muy asequibles, por poco más que en España puedes comer bastante bien.

Desplazamientos: para poder ver bien la región es imprescindible el coche. Hay una autovía gratuita que bordea la península de Bretaña y facilita mucho las comunicaciones. Fuera de la autovía hay carreteras bastante buenas también.

Clima: visitamos Bretaña en Semana Santa y el tiempo es muy similar al que podemos encontrar en el Norte de España. Muy cambiante, con solo, nubes y algo de lluvia pero no nos llovió demasiado.

Puntos de interés en Bretaña (Segunda Parte):